1. MARISA: BARCELONA


    Fecha: 28/09/2019, Categorías: Sexo con Maduras Primera Vez Masturbación Autor: placerparatuyyo, Fuente: xHamster

    ... cariñosa en sus nalgas.Me froté un poco las manos para que no estuvieran frías y empecé a darle un masaje con fuerza por los músculos del cuello, los hombros y la espalda, sin crema.“¿No me pones la crema?”“No, aún no, que primero hay que relajar los músculos y abrir bien los poros, para que la crema haga su efecto”.“Ah, vale. Pues cuando esté bien relajada y abierta ya me pondrás mucha de tu crema donde sabes, que por ahí estoy muy reseca” dijo con una fuerte carcajada.“Lo intentaré, lo intentaré, aunque ésta ya no funciona como antes, que entre los años, las sondas que me pusieron y que voy a tope de crema, a lo mejor te lleno nada más entrar, o me quedo a las puertas, y luego le cuesta un rato de recuperarse y además cuando se recupera, a los cinco minutos de ponerse juguetona se afloja y hay que volver a ponerla de nuevo en forma una y otra vez hasta que vuelve a soltar la crema”.“Si es por eso no te preocupes, que imagino que no eres un actor porno y no será la primera vez que alguien se queda a mi puerta, aunque me ha gustado eso que dices de que para el segundo cada cinco minutos hay que volver a ponerla en forma, porque eso es mucho más de lo que estoy acostumbrada y en cinco minutos puedo pasarlo muy bien, así que ya nos ocuparemos en ponerla en forma y cuantas más veces mejor”.Al llegar a sus nalgas, junté todo lo que pude sus bragas en el centro y estiré de ellas hacia arriba, de modo que pudiera masajear su piel lo máximo posible y, a la vez, su sexo quedase un ...
    ... poco prieto por la tela, así que se las masajeé intentando ser lo más profesional posible y continué por sus muslos hasta sus pies.Puse crema hidratante en mis manos y repetí el masaje, también de modo intenso, hasta que su piel la absorbió toda.Estaba claro que el masaje le estaba sentando muy bien, no porque aparecieran en ella signo alguno de excitación, sino porque sus músculos ya no estaban tensos sino relajados y su respiración era más pausada.Al terminar, le di otra palmadita cariñosa en sus nalgas y dije: “anda, date media vuelta, que esta parte ya está lista”.Se dio media vuelta y verla así tumbada me produjo una agradable y excitante impresión: sus pechos eran más bien grandes, con areolas claras y pezones pequeños, su estómago de estos rotundos, y con pequeños michelines, sus caderas no muy amplias, y sus muslos como dos columnas fornidas, y al darse cuenta de que la estaba observando dijo: “Ya sé que me sobran 4 o 5 kgs.”. “Y a mí 7 según me dicen los médicos, pero sólo nos falta estar a dieta también de comida”, respondí.Cerró sus ojos y empecé a masajearle con intensidad su cuello, sus hombros y sus brazos, y al llegar a sus pechos continué con el mismo tipo de masaje que le había dado en las nalgas, moviéndolos de un lado a otro, y después de abajo hacia arriba, aunque cuando puse una palma de mi mano en el centro de cada pecho, el masaje no fue exactamente masaje, sino el deleitarme en ellos, a lo que sonrió.Continué por su estómago, sus caderas, y al llegar a ...
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