1. Mi tía y yo


    Fecha: 19/08/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... increíble, me trataba como a una chica adulta y me parecía genial. En ningún momento se dirigía a mí como a una niña de diez años a la que hay que proteger de todos los males. Eso me gustaba.
    
    Llegamos a su casa y terminó de enseñármela. Era una casa muy bonita, entre la carretera y el mar y muy cerca de las rocas, de forma que se sentía muy bien la brisa fresca del agua. Estaba bastante aislada y nadie podía ver que pasaba en su interior, sobre todo en el jardín en el que había una piscina y que estaba entra la casa y las rocas.
    
    Finalmente nos fuimos a dormir la siesta. Yo estaba muy cansada y me tumbé en la cama. El silencio y el sonido del mar al fondo me hacían sentirme muy bien. Comencé a pensar en mi tía y rápidamente sentí como se humedecía mi coñito. Me masturbé y me quedé dormida.
    
    Al cabo de unas dos horas me desperté. Estaba un poco adormilada pero me encontraba genial. Estaba ansiosa por ver a mi tía y estar con ella. No oía nada. Me puse una camiseta larga sobre las braguitas que llevaba puestas y empecé a buscar a mi tía por la casa. Empecé a sentirme mal porque no la encontraba. Finalmente salí al jardín y en una tumbona que estaba de espaldas a mí había una persona, que sin duda sería mi tía. Unas mariposas revolotearon por mi estomago y me dirigí hacia ella. Cuando llegué junto a ella me quedé de piedra. Estaba desnuda tomando el sol. Cuando vi su cuerpo casi me da un infarto. Era perfecta y daban ganas de comérsela allí mismo. Ella presentí mi ...
    ... presencia y se volvió hacía mi quitándose las gafas de sol.
    
    - Hola, mi preciosa niña. Date un baño – me dijo sin dar la más mínima importancia a su desnudez.
    
    - Ho..hola – dije yo.
    
    - Venga, que está el agua genial – me animó.
    
    - Voy a por el bañador – le dije, todavía con la boca abierta.
    
    - Pero si no te hace falta…No me ves a mí…aquí no nos ve nadie – me dijo.
    
    - Vale – dije yo algo cortada y me quité la camiseta. Me quité después las bragas y las oculté dentro de la camiseta pues estaban llenas del flujo de la siesta.
    
    Desnuda del todo me quedé como una tonta delante de ella esperando no se que. Ella se dio cuenta y me dijo:
    
    - ¡Venga, a bañarte!
    
    Sin dudar más yo me tiré al agua. Estaba estupenda y de golpe “volví” al mundo al contacto con el agua fresca. Después de nadar un rato, ya más tranquila, me acerqué al borde la piscina. Me sujeté y me quedé mirando a mi tía. Sin duda estaba buenísima, pero ¿querría algo conmigo? La impaciencia me reconcomía y quería salir de dudas cuanto antes.
    
    Salí de la piscina y fui hacia ella. Según llegaba me lanzó una toalla para que me secara, por lo que deduje que detrás de sus gafas de sol me estaba mirando todo el rato. Eso me animó en mis propósitos. Me sequé un poco y dejé caer la toalla quedándome de nuevo desnuda ante ella. Debo decir que yo estaba muy orgullosa de mi cuerpo, pues a pesar de tener diez años mis formas estaban bien definidas, mis tetitas ya comenzaban tímidamente a desarrollarse y algún pelito ...
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