1. Alex, 18 años, casi Alexia de tan lindo (3)


    Fecha: 23/05/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    Sentía que… que estaba obedeciendo su orden, señora, y… yo no puedo… no puedo negar que… que me excita mucho obedecer… -se sinceró Alex mientras sentía un nudo en el estómago.
    
    -Muy bien, lindo, te excita obedecer porque sos un putito sumiso… -lo humilló la mujerona cuyos labios dibujaban una sonrisa malévola y el chico sentía, una vez más, cuánto lo excitaba ser humillado.
    
    Después, la última sesión preparatoria, mamada y penetración con el consolador.
    
    -A ver si recordás lo que te enseñé de cómo mamar una verga… -probó Ligia y el chico lo hizo a la perfección mientras sentía que se iba excitando cada vez más. Después, en cuatro patas sobre la cama y la penetración con el consolador, el dolor inicial intenso y enseguida el placer que sentía en el interior de su culo y en todas y cada una de sus células, aunque el conflicto seguía vigente, “no quiero ser gay”, se repetía una y otra vez mientras Ligia comprobaba, satisfecha, que el chico ya estaba listo para ser usado por los Amos.
    
    Al quedar solo su cabeza era un torbellino en el que giraban vertiginosamente el deseo, la ansiedad, la culpa y el miedo. Esa noche apenas pudo dormitar de a ratos, entre los varios y diversos pensamientos que lo asaltaban desordenadamente. Se preguntaba cómo serían físicamente esos hombres que iban a usarlo. ¿Altos, bajos, de estatura normal?... ¿Calvos o con cabello?... ¿delgados, gordos? ¿panzones? De pronto se encontró deseando que fueran feos y descubrió que esa característica lo ...
    ... excitaría mucho. El torbellino mental continuó durante toda la noche, con excepción de los breves intervalos en el que se dormía.
    
    ……………
    
    A media mañana Ligia llamó al escribano para darle la buena nueva:
    
    -El chico ya está listo, señor. Ustedes dirán para cuándo lo preparo.
    
    -¡Qué notición, señora! Lamaré a los otros y le avisaré en un rato.
    
    Apenas diez minutos después Ligia escuchó el sonido de llamado en su celular:
    
    -Hoy mismo, señora, a las siete de la tarde. –dijo el escribano y Ligia se frotó las manos, entusiasmada ante lo que se venía, el uso intensivo por parte de los Amos de ese bomboncito que el azar le había regalado para su morboso deleite. La excitaba que Alex se resistiera a aquello que era evidente: su homosexualidad, aunque muy especial, por cierto, ya que su deseo se limitaba a hombres muy mayores, viejos. La excitaba humillarlo tratándolo de putito, la calentaba muchísimo cogerlo con los dedos y con ese consolador cuyas dimensiones eran iguales a las vergas de los Amos, que el chico iba a empezar a probar ese mismo dìa.
    
    Eran las 18,30 cuando se hizo presente en la habitación-celda del jovencito
    
    Hizo que tomara una buena ducha, con lavado de cabeza incluido, luego extrajo del botiquín una pera para enema, la llenó de agua y el chico se estremeció ante la sensación que, con vergüenza y miedo, admitió como placentera. Una vez que hubo evacuado ruidosamente le cepilló el pelo, lo perfumó y extrajo del amplio bolsillo de su vestido un collar de ...
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