1. Viaje con permitidos (1): La lluvia desató la pasión


    Fecha: 26/04/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos

    ... servicio de estos hoteles no es por turnos, sino “pernoctar” que por el mismo importe del turno te permiten quedarte hasta la diez am del día siguiente. Este un ámbito de servicio que manejo con habitualidad, sobre todo ahora que mi esposa está embarazada. Pedí unos tostados de jamón crudo y queso, las bebidas las teníamos en el frigobar, terminó por dejarse llevar en esta aventura.
    
    - Woww, cuánto silencio! Ethel, solo quiero que te sientas cómoda, este lugar es para parejas, pero tranquila, que no pasara nada…
    
    - Que no pasará nada, solo te faltó el clásico: “que no quieras que pase”… -solo sonrío.
    
    Mientras aguardamos los emparedados, me perdí en la subyugante admiración de sus grandes y redondos pechos, las aréolas se traslucen en la tela mojada, los pezones erizados amenazan atravesar la tela. Podía notar que la atención dispensada a sus pechos le agrada, conoce el poder de sus opulencias.
    
    - Epa! Te has perdido?
    
    - Eh!, perdón, pero es que recién ahora me doy cuenta de… que tenía todo esto… Perdón si te ofendí.
    
    - Para nada, los ojos siempre son solteros, me sentí halagada, es un mimo para una mujer, sobre todo yo, que me manejo con mando en un ambiente hombres, no tengo muchas oportunidades de sentirme atractiva, sobre todo a un hombre como vos, que puede tener mujeres más jovencitas.
    
    - Puede ser, pero para mi gusto no hay como una mujer de…
    
    - De…
    
    - Bueno… como tú, con todo… eso…
    
    El tuteo me salió natural, seguro de no ofenderla. En ese mismo ...
    ... instante sentí que había coronado el deseo que se me había instalado dentro del bóxer, dato que para nada pasó desapercibido a los ojos de Ethel.
    
    - Quítate esa ropa mojada, una ducha y te envuelvo en la bata de baño. Digo…mientras dispongo los emparedados que trajo el servicio de cuarto.
    
    La sugerencia tenía implícita la orden, comprendió, bajé la intensidad lumínica, la ducha está separada del resto tan solo por el cristal, de tal modo que puedo apreciar el cuerpo de la mujer surcado por el agua, erotiza y excita a mil. Solícito, me acerqué por la zona abierta, la bata abierta para contener el cuerpo húmedo.
    
    La mujer mandona, autoritaria, se deja contener por un instante entre mis brazos, arrebujada en la esponjosa tela que absorbe el agua que se escurre por su piel, la indefensión que se rebela, la exuberancia salvaje de una domadora de voluntades sometida al abrazo joven que subyuga su sensibilidad de hembra, disfruta el abrigo de un cuerpo masculino que despierta esas sensaciones que nadie supo entender.
    
    Ese simple acto, cálido y emotivo fue la piedra angular del cambio de actitud, la severidad a dejarse llevar por la situación que había creado.
    
    Emparedados y cerveza, brindis, risas y otras cervezas van aceitando el camino hacia la risa fácil la complicidad de estar en un cuarto de hotel, solo una bata la separa de la tentación del macho joven.
    
    Puedo entender que está en el lugar y momento justo para cazar a la hembra salvaje, la prudencia y la mesura es el ...
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