1. Alicia 13/25


    Fecha: 05/03/2019, Categorías: Hetero Autor: evloguer, Fuente: SexoSinTabues

    ... y lo pasaron por la rajita posterior de la criatura, decían que la leche era muy buen antifebril. Apretaban lindo y aunque ese paisaje posterior no era muy excitante largué todo allí, tuve que cerrar los ojos cuando no soltaban el candente fierro y lo refregaban por toda la ranurita, querían aplicar bien la medicina. Me sentía vilmente ordeñado cuando ellas volvieron las manos a la posición anterior, ya no podía incorporarme al juego luego de mi derrota, quedaba como un simple espectador ante la chicas que estaban muy concentradas dándose placer. Para completar mi humillación cambiaron posiciones, terminaron en un 69 con la puchita de la otra en la boca, ese 69 que jamás hicimos con mi reina, esa pose que reservaba para alguna ocasión especial. Me consolaba con ver los cabellos de mi amor y su lengüita que repasaba furiosamente la vagina de Mary, esa Mary era la culpable de todo, tuve que aplicarle un castigo metiendo el dedo en su culito, un dedo así nomas sin lubricar, sin suavidad, una sodomización dactilar para hacerle comprender que aquí mando yo. Quedamos rendidos y a apunto de hacer otra siesta, ya éramos una multitud en esa camita cuando una voz nos llama a comer. Con la velocidad del rayo acomodamos nuestras ropas y todo lo que parecía sospechoso, la nenita seguía durmiendo plácidamente y decidimos que luego le daríamos el almuerzo. Casi no suelto la mano de mi cielito al entrar a la cocina, era normal que un padre lleve a su hijita de la mano pero dentro de la casa ...
    ... quedaba extraño. Comimos en silencio, parecía que cada uno tenía sus secretos y la voz los delataría. Eso no era impedimento para que nuestros pies se buscasen debajo de la mesa, pero creo que había más pies que personas, cosa rara. Mary abrió la conversación comentando algo de la comida y eso abrió un canal entre ellas, los demás parecíamos de madera en esa mesa. Apenas terminé mi plato me encaminé a la oficina, allí tendría tiempo para pensar en soledad. Ese tiempo no duró ni un minuto entero, una carita asomaba por la puerta, la carita suplicante de mi ángel mientras mis dedos soltaban la blanca prenda en el fondo del bolsillo. No se qué suplicaba, esa mirada traía entre tristeza y amor, no pude aguantar la situación y la abracé con fuerza. Mis emociones se mezclaban con las de ella, casi podía sentir lo mismo que su corazoncito que latía al unísono con el mío. El dique rebalsó y unas gotas se me resbalaban por la mejilla para caer sobre ella, esto solamente agrietó otro dique y la humedad de sus ojitos lo decía todo. Una gotita de no sé quién se empecinaba sobre su rostro, se resistía a las leyes de gravedad y tuve que ir en su auxilio, lentamente absorbí la tozuda humedad y me quedé recorriendo toda su carita con los labios. Necesitaba besar cada poro de mi nenita para borrar las huellas que podrían haber dejado otros dedos, dedos que no eran los míos, dedos que no tenían derecho para tocar a mi diosa. Le dije que deseaba hacer mucho más, pero que eran dos las personas ...
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