1. Alicia 13/25


    Fecha: 05/03/2019, Categorías: Hetero Autor: evloguer, Fuente: SexoSinTabues

    ... que podrían venir a descubrirnos. Sin darle importancia me dijo "Dejalas, deben estar hablando de sus cosas". Ese "sus" cosas no podría existir, todas las cosas eran "mis" cosas, o tal vez nuestras. Y así comenzamos a recorrernos la piel, las manos estaban tímidas, como si no conociesen de memoria la geografía del otro, parecían los acercamientos primerizos de otras épocas, o realmente estábamos descubriendo a otros seres que se ocultaban tras máscaras cotidianas. Nuestros dedos se pasaron aprendiendo de nuevo los senderos que creíamos conocidos, era lindo descubrir que mi reina realmente era Sherezade, tenía un cuento para cada noche, y así miles de ellas. Esperaba ansioso el próximo mientras le contaba de mi viaje laboral, que había conocido la casa del industrial viudo, que tenía una hija que sabía música. La historia le fascinaba como todo cuento clásico, pero los cuentos hay que relatarlos en el ambiente apropiado, me sentó de prepo y se trepó de inmediato a las piernas, necesitaba sentirse abrazada mientras escuchaba mi verborrea. Le conté cosas vagas y dejaba entrever que tal vez viviesen una historia similar a la nuestra, que les podríamos ayudar y de paso impulsar mi empleo. No le parecía extraña la situación pero dejaba asomar un poco de celos, había una chica y yo la había mirado con ojos poco inocentes. Daban ganas de comerse a besos a mi beba al advertirle esa transparencia, había cosas que estaban permitidas pero ella siempre debería ser el centro, el motivo de ...
    ... mis actos. No estaba tan equivocada: ella era la razón de mi vida y yo no hallaba palabras para explicárselo, solamente con un profundo beso en que nuestras almas también se fundieron. Volvimos a la cocina y parecía que no habían notado nuestra desaparición. Alicia dijo que iría a darle el almuerzo a Sandrita, casi olvidábamos a la criatura y mi nena partió rauda. La animada conversación parecía entrecortarse con nuestra llegada, pero mi mujer dijo que quería mostrarle a Mary esas cortinas nuevas que habíamos comprado, esas que todavía dormían arriba del placard. No me quedó más remedio que buscar la escalerita y bajar la bendita caja que estaba empolvada después de tanto tiempo. Ya bajando advierto que las dos estaban sentadas en la cama esperando que llegue con la carga. Estaba por irme cuando mi mujer me hace sentar entre ellas para que vea también, no se qué podría ver, ya las vi y hasta pagué por esas cortinas. Mostraba los colores y motivos, pero su voz indicaba otra cosa. Al final, medio cabizbaja me confesó que estuvo hablando con María. Que le relató épocas en que no podía hallar un hombre de verdad, eran todos muchachitos que buscaban eyacular pronto y retirarse. Esas frustraciones la acercaron a una compañera de colegio y todo cambió, las dos conocían exactamente los puntos de la otra, sus penurias y sus noches de caliente imaginación. Pero tocarse sola no era ni remotamente maravilloso como dar placer a una compañera que le retribuía de igual modo. Esa compañera ...
«1...3456»