1. Mi Madre Desnuda ante el Espejo


    Fecha: 09/02/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster

    ... no es que me masturbe delante de ella, pero si está en casa le informo de lo que voy a hacer para no llevarme sobresaltos. Por eso se lo indico con frases como “quiero estar solo”, “necesito privacidad”, o “me voy a mi habitación, ya sabes”. Me preparó un bocadillo de jamón con cebolla (otro detalle que no olvidaré), y hablamos un rato más del tiempo que había estado con Tamara. Ella sabía que esta chica me había calado, y trató de animarme y confortarme. Pero no tardé mucho en irme a mi cuarto, donde, tal y como le había insinuado, me masturbé desnudo en la cama, intentando borrar de mi mente cualquier rastro de mi novia de la Universidad.--------------- El fin de semana siguiente, salí con mis amigos de clase. Tenía que despejarme y divertirme. Además ya había acabado todos exámenes y me lo merecía. Estuvimos cenando, y luego echando cubatas en un bar del centro. Pero me empecé a rayar y se me acabaron las ganas de fiesta, así que volví temprano, sobre las dos o las tres. Mi casa, completamente en silencio, me daba vueltas debido a los cubalibres que me había bebido. Me metí en mi cuarto de puntillas, me desnudé y me tumbé en la cama. Mi intención era dormir, pero comencé a juguetear con mi rabo, que en seguida se puso duro, y fui acelerando cada vez más. Pero no quería correrme allí y pringar todo, así que salí en dirección al baño. Entré sin hacer ruido, cerré y me situé en el lavabo, frente al espejo. A veces me gusta ver cómo me masturbo, y cómo eyaculo sobre la ...
    ... fría loza. Mi madre a esas horas estaba ya dormida, así que no había peligro. Me estiraba y empujaba la piel, cubriendo y descubriendo alternativamente el glande, que brillaba muy húmedo e hinchado. El subidón del alcohol hacía que tardara mucho más en acercarse el orgasmo, pero no me importaba porque la paja era realmente placentera. Apoyé los testículos en el lavabo, notando cómo el frío me excitaba más. Cerré los ojos, y no pude evitar imaginarme follando con Tamara, estrujándole sus pequeños pechos de piel pálida. No quería pensar en eso, pero era difícil olvidarse del sexo con ella. Recordé la primera vez, cuando éramos tan novatos e hicimos lo que pudimos en el asiento de atrás de mi coche; y las veces posteriores, mejorando cada día con la práctica. Me vino a la mente un fin de semana que pasamos en una casa rural, de la que no salimos hasta el domingo por la tarde, follando mañana, tarde, y noche. Me entraron ganas de llorar y sentí pena de mí mismo, pero continué meneándomela. Subí el ritmo y sentí que el clímax se acercaba. De repente se abrió la puerta y apareció mi madre con su camisón blanco. El sobresalto me provocó un orgasmo que llegó antes de tiempo, y contraje la espalda mientras mi polla palpitaba de placer, soltando un chorrito de semen tras otro al lavabo. - Ah… ah… joder… mama… –gemí abochornado, pero me seguí estrujando el rabo, primero porque la paja era realmente placentera, y segundo porque aunque sentía vergüenza, la situación ahora me daba morbo, a ...
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