1. Primo Bully, parte 3


    Fecha: 11/04/2024, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Lolito41, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Parte 3
    
    Recordando la parte 2: Tony me atrapó en la puerta del cuarto de Andy, forcejéabamos, me masajeaba las nalgas, nuestros penes se rozaban con fuerza, yo acariciaba sus brazos discretamente, le dije que no era necesaria la violencia, que podía acariciarme las nalgas cuando quisiera, me fui de ahí meneando mi trasero con sensualidad, me jalé el short lo más que pude hacia arriba para que se metiera entre mis nalgas, que se asomaron para que las viera Tony, le sonreí, me masturbé en el baño super rico.
    
    Continuamos:
    
    No me quedaba claro lo que me sucedía; ¿me estaba volviendo maricón? O más bien siempre lo fui. Estaba seguro de que me gustaban las mujeres, no tenía duda, pero ¿gustarle yo a otro güey y que además yo disfrutara tanto siendo deseado por alguien de mi mismo sexo?, eso era otra cosa, sentía que no era normal, pero me encantaba.
    
    En fin, que evitaba pensar en ello y tratar de explicarlo porque no quería llegar a una conclusión que me causara conflicto y me hiciera sentir incómodo. Prefería irme así, flotando y disfrutar el momento cuando sucedía.
    
    ¿Qué siguió?
    
    Bueno, después de haberme masturbado tan rico un par de veces, salí con la calentura apaciguada y el corazón tranquilo, y ya no había alguien por ahí, de modo que bajé.
    
    Ya se estaba haciendo tarde y estaba prácticamente oscuro. Sin embargo, se escuchaba una pelota botando en el patio. Era Toño practicando encestes en una canasta que tenían instalada en el garage, como muchas casas en ...
    ... aquel país.
    
    Salí y me quedé cerca de donde practicaba Toño, mirándolo, esperando que me invitara a jugar; yo jugaba mucho basquet en la escuela y la movía bastante bien.
    
    Mi primo parecía haber regresado a ser el mismo mamón de siempre -no podía esperar que el episodio de hacía rato lo hubiera cambiado-, porque me miraba de repente y me ignoraba por completo, como muy concentrado en lo que estaba haciendo.
    
    Y entonces este cuerpo mío hizo algo sin pedir permiso ni avisar: comencé a caminar alrededor de la media cancha que se formaba, pero era un andar similar al de hacía un rato, cuando me separé de Toño y entré al baño. Ya sabemos, un andar pausado, sensual, contoneando mis nalgas de un lado a otro, nada exagerado, más bien discreto, pero definitivamente provocativo y cachondo.
    
    Cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo, me seguí el juego a mí mismo, ya consciente, adoptando un aire distraído, aunque en realidad estaba atento y podía ver con claridad cómo comenzaba a afectar la atención de mi primo en sus tiros; por momentos me miraba y fallaba, o se le iba el balón, o, como sucedió con su último tiro, le di la espalda, verifiqué que no hubiera nadie cerca, yo volteaba continuamente para ver su reacción y me subí el short descaradamente haciendo que se metiera en mi raya y mis nalgas quedaran al aire, y su tiro, bueno, estaba tan embobado mirándome que el balón rebotó en el tablero y le dio en la cabeza.
    
    - ¡Ja, ja, ja! Eres un pendejo Toño, en serio. Hubieras ...
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