1. El policía hetero (novio de mi mejor amiga) se emborrachó y me cogió en una fiesta


    Fecha: 16/11/2018, Categorías: Gays Autor: alej97, Fuente: SexoSinTabues

    Mi mejor amiga tiene un novio policía que siempre me había gustado. Jamás se lo dije a ella por respeto. Él tiene 33 años, y ella 24. Él es bastante musculoso, pero no por ejercicio sino por su trabajo. Tiene barba algo espesa y cara muy varonil, como de matón. Ustedes saben que aquí en Venezuela esos bichos se les notan en la mirada que no tienen alma, y a mí, aparte de que su mirada me parecía de sádico, me daba morbo. Él ni siquiera me hablaba, era muy poco, un saludo de vez en cuando y ya. Supongo que era porque es medio homofóbico. Pero el día de la fiesta de despedida de mi mejor amiga (puesto se iba del país) él se emborrachó y yo de zorra no aguanté y le correspondí. Ah, si ven mis relatos anteriores verán mi descripción física. Aquí él se llamará “Policía Ortiz” El día de la fiesta comenzamos a tomar desde las 6 de la tarde, él llegó a las 11 y algo. Cuando entró a la casa no pude evitar buceármelo: Tenía su uniforme, su pistola, su mejor cara de cansado y venía en moto. Saludó a mi amiga con un beso y le apretó una nalga, cosa que me pareció erótico. A mí me saludó con la cabeza. Comenzó a beber pero enseguida mi amiga dice casi en voz alta: — ¡No le den bebida a Ortiz! Miren que ese se pone pesado y confianzudo cuando toma. A medida que la noche iba pasando, sus inhibiciones se iban desapareciendo. Ya hasta me hablaba y todo y me preguntaba cosas del trabajo y así. En un momento me dijo: —Marico, que Angélica no se me acerque mucho porque ya estoy prendido y se ...
    ... va a arrechar y después no me da culo hoy. • Prendido: pasado de tragos. • Arrecharse: molestarse. —Jajaja pero ¿por qué te preocupas por si te da culo o no si tú puedes tener a quien quieras? —dije, algo despreocupado. Obvio le estaba lanzado puntas ya. — ¿Ah, sí? ¿Tú dices? —me preguntó dándole un trago a la cerveza y viéndome de arriba abajo, o al menos eso me pareció. —Obvio, solo tienes que pedir y ya. Se rió y soltó de golpe el humo del cigarro que se estaba fumando. Siguió la fiesta y muchos se fueron. Sin embargo, quedamos como 15 o 20. Angélica se sentía algo desganada y se acostó a dormir, no sin antes decirme: — Cuídame a Ortiz, que yo no aguanto el sueño y no quiero estar cargando con él. Obedecí sus órdenes. Ortiz y los demás se emborracharon poco a poco. Hasta ese punto donde los heteros comienzan a actuar como maricos para hacerse reír entre ellos, cosa que a mí no me molestaba, sino más bien disfrutaba. En una de esas se pusieron a bailar, todo con todos y yo estaba sentado fumándome un cigarro y con una cerveza en la otra mano. Ortiz se me acerca y me sorprende lo que dice: — ¿Qué haces ahí? Vente, vamos a bailar. Como bailaban todos con todos y no se vería raro que él y yo bailáramos juntos, acepté. — Ya va, todavía me queda un poquito de cerveza. —dije mostrándosela. —Dame a mí —dijo abriendo un poco su boca, y eso me encendió. Le di, y mientras bebía no dejaba de verme a los ojos. Yo intenté deshacerme de esos pensamientos, porque pensé que estaba errado. ...
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