1. Matilda, guerrero del espacio (capitulo 32)


    Fecha: 05/08/2017, Categorías: Gays Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    ... El cuerpo de Matilda presentaba todavía los rastros de la batalla, estaba sucio y salpicado por la sangre del emperador.
    
    —¿Eso es una esponja natural de la Tierra? —preguntó Matilda sorprendida cuando vio a Ushlas sacarla—. ¿Dónde la has conseguido? Hace mucho que se extinguieron.
    
    —Tengo mis contactos, aunque me costo una pasta. La guardaba para un momento especial, y hoy lo es. Para luego te tengo otra sorpresa.
    
    Con ella, fue lavando meticulosamente el cuerpo de Matilda hasta eliminar el más mínimo rastro de suciedad de su cuerpo. Se sentaron en el suelo de la ducha y se besuquearon mientras Ushlas metía su mano entre las piernas de Matilda.
    
    —Cuando te vas por ahí de batallas, se te olvidan las buenas costumbres, —dijo riendo mientras cogía la depiladora láser—. Sabes que no me gusta verte con esos pelazos. Te pareces a Daq.
    
    —Joder nena, que exagerada, —contestó—. Si quieres les digo a mis generales: disculpen un momento que tengo que ir a depilarme los pelos del chocho.
    
    Después la toco el turno a ella, y Matilda, con la esponja de la mano fue recorriendo lentamente todo el azulado cuerpo de su amante, entre besos y caricias. Terminaron de asearse y cogidas de la mano se fueron a la cama. Se tumbaron juntas, muy juntas y continuaron besándose ardiendo de deseo mientras sus manos se paseaban por sus cuerpos. Cuándo todo termino, durante un rato largo continuaron con los besos y las caricias. Finalmente, Ushlas se levantó y rebuscando en el armario saco una ...
    ... caja grande con varias luces de colores.
    
    —¿Eso es un contenedor criogénico? —preguntó Matilda visiblemente interesada—. ¿Qué tienes ahí?
    
    —Una cosa que sé que te gusta, —contestó mientras accedía a los controles del contenedor— y a mí también. Hay que esperar un ratito.
    
    —¡Jo! Pero dime que hay.
    
    —No, no te lo digo.
    
    —Pues no te hablo, ya está, hala.
    
    —¿Qué no me hablas? ¿estás segura de eso?
    
    —Si, si, que no te hablo más.
    
    —Pues hasta que no me hables… no voy a dejar de hacerte cosquillas, —se lanzó sobre ella, y atacándola los costados se sentó a horcajadas sobre su vientre.
    
    —¡No, no, no, no…! —y entro en una risa histérica e incontrolada que la dejó sin defensa posible.
    
    —¿Me vas a hablar… mi amor? —preguntó pasados un par de minutos interminables que bañaron en sudor el cuerpo de Matilda.
    
    —¡Si, si, si!
    
    Ushlas cogió la sabana y la secó de sudor el cuerpo, cuando instantes después, mientras la besaba nuevamente, sonó un pito en el contenedor.
    
    —Ya está listo, —Ushlas abrió el contenedor y una leve nube de vapor salio de su interior. Saco dos copas altas de cristal.
    
    —¿Es vino? —preguntó Matilda entusiasmada.
    
    —Si, y tu preferido, “Pago de Carraovejas” reserva del 2.135, —y sacando un papel de su interior, leyó—. Peñafiel, distrito de Valladolid, en España.
    
    —¡Es de la Tierra!
    
    —Si, una de las últimas cosechas que salieron de la Rivera del Duero, antes que se trasladaran a la nueva denominación Nueva Rivera, en el sistema 8274, en Nueva ...