1. Matilda, guerrero del espacio (capitulo 32)


    Fecha: 05/08/2017, Categorías: Gays Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    ... tenemos que partir, —dijo la reverenda madre, acariciando la mejilla de Matilda. Está, sujeto la mano que la acariciaba y la beso—. Es vital que nos hagamos cargo de la energía del traidor para que no vuelva a causar ningún mal.
    
    Matilda, subió las escalinatas que conducían al trono y llegó hasta su altura seguida por la Princesa, que se quedó unos peldaños por debajo. Sujetó a Eskaldár con las dos manos, y enarbolándola por encima de su cabeza, la dejó caer con fuerza, golpeando y partiendo por la mitad el trono, que cayo hacia los lados en medio de un griterío ensordecedor. Todos se arremolinaron en torno a ella, y entonces, Matilda, dejó caer la espada al suelo y se puso a llorar. Ushlas, abriéndose paso entre los que seguían vitoreándola, subió las escalinatas y abrazo a Matilda. Sus labios se encontraron mientras Ushlas la acariciaba.
    
    —Le he matado mi amor, lo he logrado, le he matado.
    
    —Todo ha acabado ya Mati, —dijo acariciándola y enjugando sus lagrimas—. Ya no tienes que salvar más galaxias. Ahora puedes dedicarte a mí, a quererme como yo te quiero.
    
    —Mi amor, sabes que te quiero más que a mi propia vida.
    
    Neerlhix se aproximó a ellas y Matilda, extendiendo la mano, le llamó para que se uniera al abrazo. Su asistente, que había recogido a Eskaldár del suelo también lloraba.
    
    La noticia de la muerte del emperador, recorrió el planeta como una ola. Todos los canales subespaciales llevaron la noticia a los confines de la galaxia a una velocidad de vértigo. ...
    ... En todos los sistemas se organizaron festejos populares para celebrar el fin de la guerra. La gente bailaba, se abrazaba y se besaba, radiantes de felicidad.
    
    El general Comaxtel, subió a Matilda sobre sus hombros, a pesar de sus protestas. Hizo una indicación a Ramírez para que hiciera lo mismo con la Princesa Súm, y las dos salieron a hombros al exterior donde cientos de miles de soldados las vitorearon. La fiesta continuó, y varias horas después, en el Tharsis, el recibimiento fue apoteósico. Toda la tripulación fuera de servicio, y muchos de servicio, estaban en el hangar principal esperándola. Besó y se abrazó a todos los oficiales mayores, aunque Camaxtli, la estuvo achuchando mucho rato con lágrimas en los ojos.
    
    —Chicos, no me la canséis mucho, que todavía tiene que dar la talla conmigo, —dijo Ushlas riendo y Matilda se sonrojó mientras la miraba.
    
    —Mati, mi amor, te has sonrojado —exclamó Camaxtli mientras la volvía a besuquear, lo que provoco carcajadas generalizadas.
    
    —¡Tú flipas! Las súper guerreras no nos sonrojamos, —bromeó Matilda.
    
    Durante algunas horas la fiesta continuó, y aunque lo que más deseaba era irse a su camarote con Ushlas, aguanto el tipo. Era consciente de que el sueño tantos años anhelado se había hecho realidad y todos querían estar con ella. Finalmente, Ushlas consiguió ir despidiéndose de la gente y cogidas de la mano entraron por fin en la paz del camarote. La quito el arnés místico, se desnudó y las dos juntas entraron en la ducha. ...