1. Matilda, guerrero del espacio (capitulo 32)


    Fecha: 05/08/2017, Categorías: Gays Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    ... en varias ocasiones a Matilda, mientras ella, en dos ocasiones, alcanzo con más contundencia la armadura mística del emperador.
    
    —Es una lastima que lleves esa armadura robada, sin ella, ya estarías muerto, cerdo, —dijo tomándose un respiro. El cuerpo de Matilda sudoroso y ensangrentado, mostraba todos sus músculos por la tensión del esfuerzo.
    
    —Ya veo que también te has traído a esa zorra, —dijo el emperador mientras, tomándose también un respiro, miraba a la reverenda madre—. Otra que va a morir.
    
    —Vas a tener mucho trabajo, ¿podrás con todo? —preguntó mientras mantenía posición de defensa.
    
    —Te aseguro que si, pero a la que voy a prestar una atención más… personalizada, es a tu novia. Veo varias azules entre los tuyos, seguro que es una de ellas.
    
    —¿Te he dicho ya que hablas demasiado? —Matilda notó como la sangre le fluía a la cabeza, y en un arranque de ira, reanudo el combate con la violencia que da el odio. El emperador, lejos de amilanarse, respondía también con fuerza inusitada. Durante largos minutos siguieron golpeándose con saña, hasta que, Matilda, enmascarando el golpe, se dejó caer al suelo mientras con Eskaldár golpeaba en la pantorrilla al emperador cortándole la pierna, y casi con el mismo movimiento, golpeaba su mano derecha desarmándole. El emperador cayo al suelo, y apoyándose en la mano izquierda se sentó mientras el suelo, a su alrededor se llenaba de sangre. Matilda le quitó el yelmo, tirándolo al suelo y le agarro por el pelo. Mientras la ...
    ... reverenda madre y las sacerdotisas, salían del parapeto y se aproximaban a ellos seguidas por la Princesa. Colocó la punta de Eskaldár en el cuello del emperador.
    
    —Nunca pensé que lo lograrías, sobrina.
    
    —En cambio, yo siempre supe que lo lograría.
    
    —¿Va a ser rápido?
    
    —No… no lo va a ser.
    
    Mirándole fijamente a los ojos, le introdujo la punta de la espada en el cuello seccionando la traquea. Mientras se ahogaba en su propia sangre, burbujas de babas sanguinolentas brotaban de su boca y con su mano izquierda se sujetó a la muñeca de su verdugo. Una de las doncellas de Matilda se situó detrás de el y le sujeto por los hombros, mientras la otra se colocaba detrás de Matilda y también la sujetaba por los hombros. Mientras, la reverenda madre y las sacerdotisas, formaban un círculo en torno a ellos cogidas de las manos, en la que también se integró la Princesa Súm. Después de largos estertores, la vida del emperador se extinguió, y un resplandor envolvió a Matilda y sus doncellas. Mientras eso ocurría, Ramírez avanzó por los laterales del salón desarmando a los guardias imperiales, que no ofrecieron resistencia, mientras por la parte alta, Johari hacia lo mismo. El círculo que las rodeaba, levantó la manos unidas hacia arriba, e instantes después el resplandor bajo en intensidad. Rápidamente las sacerdotisas se hicieron cargo de las doncellas, y portando el cadáver del emperador y a Dalanar, salieron del salón apresuradamente.
    
    —Me gustaría quedarme, pero sabes que ...
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