1. Llamadas perdidas


    Fecha: 09/11/2018, Categorías: Otras Categorías, Autor: FilosofoAullado, Fuente: CuentoRelatos

    ... a experimentar un juego. Antes que nada, quiero que pienses en lo siguiente: Tú y yo, de nuevo, ponme la cara que quieras, nos vemos en un hotel del pueblo. En el hotel del Camino, habitación 94. Tiemblas de emoción y duda, vas a engañar a tu esposo por primera vez. Pero entras y te estoy esperando con una copa de champán, y te abrazo, te doy dulces besos en la comisura de los labios, besos tiernos que van subiendo de intensidad; tú tiras tus candados, poco a poquito, yo recorro tu figura con mis dedos, con la palma de mis manos y meto mi lengua en tu boca. Para asegurarme de que no tienes ninguna duda, te acuesto en la cama, levanto tus piernas y saco tus braguitas. Llevas un vestido negro, corto, no es necesario que te lo quite. Sólo te quito los calzones y comienzo a chuparte el coñito. Sé que tu marido no te lo chupa o, al menos, no te lo chupa como yo. Así que trato de marcar diferencias, quiero que entiendas la diferencia entre un hombre que comparte tu vida y un hombre al que sólo le interesa sacar la puta que llevas dentro, desencadenar todos los deseos que te han hecho ocultar desde niña. Mi técnica es ésta, meter mi lengua entre tus labios vaginales y perderme en ti…
    
    El interlocutor hace una pausa. La mujer puede escuchar que se baja el cierre del pantalón, tal vez un vaquero, un vaquero azul claro; piensa en que saca su pene y lo sacude, pensando en ella. Le gusta sentirte deseada, hacía mucho tiempo que no experimentaba esa sensación. Había notado, alguna vez, ...
    ... por alguna razón, que cierto sobrino de catorce años le miraba el culo. Ella se sonrojó y cambió de postura, el sobrino también se sonrojó al sentirse descubierto y subió corriendo a su cuarto. Pero por qué pensaba en su sobrino y por qué pensaba en el pantalón de su interlocutor, por qué pensaba en su miembro sacudido pensando en ella. Era nuevo el sonido del cierre, piensa, la llamada pasada ni siquiera se escuchaba una especie de agitación.
    
    —Dime, ¿lo has sentido? ¿sientes mi lengua atravesando los túneles de tu carne?
    
    Ella no piensa contestar. Pero tampoco denunciarlo, esta vez no está indignada. Le parece divertido el juego, tal vez sea que está de buen humor el día de hoy, pero le parece divertido el juego. Incluso halagador.
    
    —Estás tendida en la cama, yo estoy entre tus piernas, lamiendo con deseo vehemente y tú ves por la ventana, que está exactamente atrás de mí, un colibrí que vuela, pareciera que sonríe. Pareciera que la vida te sonríe. Por eso te arqueas, arrojas tu sexo húmedo a mi cara, me sujetas de los cabellos y me hundes la cara entre tus muslos, así permanezco, al punto de la asfixia, navegando por tus deseos. Luego subo, comienzo a besar tu cuello, tus orejas, tu cabello, tu frente, tu boca. Otra vez tu cuello, traigo tu sabor en los labios, es un sabor delicioso, y te sigo besando. Ahora, quiero que pases el teléfono por tu cuello, por tus labios, por tus orejas, pásalo por tu nuca, acariciate los pechos con el teléfono, frota tus pezones con el ...