Mi novia pago la apuesta sin darse cuenta - Relatos Eróticos

Mi novia pago la apuesta sin darse cuenta

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-	Me cobrare la apuesta, te puedes ir si quieres y regresar en un rato 
-	No te pases
-	En eso quedamos ¿no? 
La verdad es que tenía razón, yo por escéptico no había creído y el me había demostrado que lo que decía era verdad.  No quería ver a mi novia en esa situación, pero estaba completamente vulnerable y al final yo la había llevado hasta ahí tontamente asi que no pude dejarla sola.
-	Me quedo, no confío en ti 
-	Como quieras
Me senté en las sillas en las que estábamos antes y Román se levantó y se dirigió a la cama. Se acerco al odio de Pau y le susurro algo que no pude oír. 
Inmediatamente mi novia poco a poco se levantó de su sueño y quedo sentada al borde de la cama como si de la mañana se tratara rascándose un poco la cabeza. Volteó varias veces la cabeza reconociendo el cuarto, paso su mirada por donde estaba yo sin como si no estuviera ahí y después miro a Román que estaba de pie justo delante de ella. 
Volvió a susurrarle algo al odio y acto seguido levanto por sus hombros su blusa y desabrocho su sujetador quedando completamente desnuda del tronco
-	Hey! en eso no quedamos 
-	Cállate, no quieres despertarla y se dé cuenta de que esta en tetas delante de mí
-	Pero ese no fue el acuerdo cabrán
-	Está bien perdón, pero ya está así, si no se despierta no se acordará de nada y entre menos ordenes le dé, mejor
-	Termina de una vez con esto
-	Solo será así tranquilo
Volvió a susurrarle algo al oído y Paulina empezó a acariciarlo. 
Pasaba sus manos por ...

... su abdomen y pecho para después acariciar su espalda y atraerlo hacia ella para restregar la cara sobre su camisa y pantalón. Se notaba fuego en ella. 
Sin decir nada, tomó el cinturón de Román y lo desabrocho con algo de agilidad y fue bajando sus pantalones hasta sus tobillos. 
Román revelo un pene a medio erección bastante respetable. Se notaba una cabeza en forma de hongo, bien formada que ya apuntaba hacia Paulina y un grosor del que tuve algo de envidia. 
Paulina lo tomo, palpó su circunferencia. Lo miraba fijamente sin moverse. Estaba como ida en el.
-	Vamos – dijo Román ahora si en voz alta ya sin acercarse a sus oídos y muy lentamente, casi temblorosa como si dudara de la orden que le acababan de dar, la otra mano de Paulina tomo sus testículos. 
Tenía unos huevos más bien pequeños a contraste con su pene que gracias a la prensión de mi novia ya había alcanzado su tamaño final apuntando hacia el techo y logrando que con mucha dificultad las puntas de los dedos de Pau se tocaran entre si. 
Rítmicamente la mano derecha empezó un sube y baja lento mientras la izquierda simulaba la escala de un piano moviendo un dedo a la vez contra su pulgar moviendo sus testículos de izquierda a derecha entre su mano. 
Román tenía los ojos cerrados y yo no podía dejar de ver a mi novia masturbar a mi compañero de trabajo mientras su novia seguía dormida en la misma cama sin darse cuenta de absolutamente nada. 
Lo vi acercarse a su oído y sabiendo lo que vendría tragué saliva, ...