Mi novia pago la apuesta sin darse cuenta - Relatos Eróticos

Mi novia pago la apuesta sin darse cuenta

Conocí a Román en mi nuevo empleo de cajero de una tienda de conveniencia famosa del país. Era un tipo extraño, con tatuajes y de aspecto playero. Un tipo que hablaba mucho.
De entre todo lo que contaba, decía que había viajado a un país asiático donde unos monjes le habían enseñado a hipnotizar con sus manos.
Yo no le creía y cada que lo mencionaba no podía evitar reírme
-	Te lo apuesto caradura – me dijo – podría hacer hasta que tu novia me la chupara
-	Jajaja hasta crees y si no… ¿yo que gano si comprobamos que no es cierto? 
Y durante varias semanas pasamos conversando durante el turno y ya no se habló del tema hasta que un día en una de sus tantas historias me lo recordó y entre risas y discusiones, poniendo en juego su playstation decidimos el día en que demostraría según, sus poderes. 

Invite a mi novia a jugar videojuegos con mi amigo del trabajo al que le quería comprar su consola por lo cual accedió sin ningún problema. Era un plan que frecuentemente con algunos otros amigos hacíamos. 
Llegamos a la casa de Román, ahí nos presentó a su novia, una chica linda, que se llama Ali, al parecer, pelirroja natural, más chica que nosotros pero de platica agradable. 
Después de las introducciones pasamos al cuarto de Román en donde empezamos a jugar videojuego. 
La estábamos pasando muy bien y después de varias partidas, yo había olvidado a lo que habíamos ido. Me ofrecí a ir por algo de botana siendo el momento en el que Román anunció
-	¿Quieren que les enseñe ...

... un truco de magia?
-	Va – dijo Pau mi novia, que se vio interesada.
Me lleno de curiosidad dándome cuenta de que supuestamente Román iniciaría su encanto y me quede parado en la puerta viendo como revolvía sin sentido cartas sobre la mesa. Movía las manos muy rápido mientras daba instrucciones de que eligieran una carta. Seguía moviendo las manos y poco a poco ambas mujeres comenzaron a cerrar los ojos mientras mi corazón latía cada segundo más fuerte y más rápido sin creer lo que estaba pasando. Román seguía moviendo las manos rápido, ya sin tocar las cartas y hablaba cada vez más rápido hasta que de un segundo a otro se detuvo. Las dos chicas sentadas con los ojos cerrados sin mover un solo musculo y Román frente a ellas sonrió lentamente.
-	Pau… Ali – por fin dijo y las dos abrieron los ojos sin decir nada. 
Se veían despiertas, pero sabíamos que no estaban realmente ahí. 
-	¿Quieren ir a dormir un rato a la cama? – Dijo Román e inmediatamente ambas se levantaron. Y se dirigieron a acostar. 
Primero entro Ali quien distendió las sábanas y se recostó pegada a la pared. Después la que la siguió Pau quien también se metió entre las sábanas quedando profundamente dormidas las dos. 
-	Te lo dije
-	¡¿Pero que hiciste?! – dije en voz baja como si pudiera despertarlas, pero francamente molesto y sorprendido también.
-	Nunca te dije mentiras
-	Ya me di cuenta – En eso nos miramos a los ojos sabiendo lo que pensábamos los dos y bajando la mirada rompí el hielo
-	¿Entonces? ...