1. Aventuras y desventuras húmedas. Tercera etapa (2)


    Fecha: 12/04/2024, Categorías: Incesto Autor: LilithDuran, Fuente: CuentoRelatos

    Aparcaron en el parking del hotel, un suplemento gratuito y del todo práctico. Sacaron sus dos maletas en silencio, teniendo la misma conversación que habían tenido desde que Mari decidió cerrar los ojos, ninguna.
    
    La mujer había estado fantaseando sin parar, unas veces en la habitación de Sergio, otras veces en la casa de Carmen, haciéndole cosas indecentes al joven mientras su hermana estaba en otra habitación. Curioso que se imaginara aquello, porque la realidad había sido justamente la contraria. Ella en una habitación borracha como una cuba y los otros dos en el cuarto gozando sin parar, pero eso… ella no lo sabía.
    
    Sergio que había estado tratando de concentrarse en conducir, llegó más sereno de lo que se podía imaginar. Tuvo dos leves erecciones en todo el camino, pero nada que no pudiera ocultar, menos mal que su madre tampoco ponía mucha atención en mirarle.
    
    Cogió ambas maletas, la suya colocándosela a la espalda y la de Mari arrastrándola por el suelo gracias a las dos pequeñas rueditas. La mujer le siguió sin decir ninguna palabra, todavía no tenía ganas de hablar, le apetecían otras cosas que no podía nombrar. Aunque de todos modos, tuvo que soltar la lengua por romper de una vez la tensión entre los dos, ya estaban fuera de casa, si algo se descontrolaba… no importaba.
    
    —¿Traes todo?
    
    —Mal momento para preguntar algo como eso, ¿no crees? —su hijo lo dijo riéndose irónicamente.
    
    —Era una pregunta, chico. Si lo prefieres no te hablo. —le devolvió la ...
    ... sonrisa, se notaba más relajada.
    
    —No, que me encanta que me hables. Tengo todo, en el móvil están las reservas y también las entradas. Mientras tengamos ahora los DNI para hacer la reserva con eso ya vale. ¿Lo tienes?
    
    —Exacto. O sea que no pierdas el móvil, que no me apetece volverme ahora a casa.
    
    —Ni a mí. —ambos rieron sabiendo que aquella frase escondía algo más.
    
    Subieron en ascensor llegando a la recepción del hotel, donde una mujer de mediana edad bien preparada y con un semblante de facciones lisas les esperaba. La mujer mostró una sonrisa de dentadura perfecta digna de anuncio y saludó con buenas palabras a los dos nuevos invitados al hotel.
    
    —¿Me deja por favor un momento el móvil? —la mujer no podía tener un tono de voz más dulce— Y los carnets de identidad, si son tan amables.
    
    Ambos buscaron en sus mochilas y los sacaron en un periquete. Mari se imaginó por un momento lo mal que se sentiría al no tenerlo y las súplicas que haría a aquella guapa mujer para que la dejara quedarse en el hotel. Ni loca se marcharía de vuelta a casa, tenía que pasar el día con su hijo… ¡Ah! Y ver también la función de teatro, a eso había ido ¿verdad?
    
    —Ya está. Por lo tanto, se quedan una única noche y la salida será mañana a las doce.
    
    —Seguramente, nos iremos antes —matizó Sergio aunque a su madre aquella frase no le gustó, prefería quedarse por siempre y eso que apenas hacía unos minutos que habían llegado.
    
    —Aun así, hasta esa hora la habitación está disponible ...
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