1. Una chica normal (1): Pagando la renta con el culo


    Fecha: 02/04/2024, Categorías: Confesiones Autor: Megan Saori, Fuente: CuentoRelatos

    ... lubricaba lo suficiente para salpicar mis piernas y mi cama.
    
    Saqué el desodorante de mi interior mientras permanecía desfallecida en la cama tratando de tomar aire. Echando un rápido vistazo a mi improvisado juguete sexual, lo vi bañado en una espesa capa blanca casi similar a cuando alguien me llenaba de semen. Mi crema vaginal, le llamaba yo. Me encantaba saber que me había excitado tanto hasta sacarme la crema. Aventé el desodorante en la cama, para luego ver como mi gato, curioso por naturaleza, se acercaba a olfatearlo y segundos después empezaba a lamerlo. “Ja, ja, ja, ¿quién es la puta ahora, estúpido gato?” pensé para mis adentros mientras seguía tratando de jalar aire a mis pulmones.
    
    Después de un rato y sintiendo que el alma volvía a mi cuerpo, decidí que ya era hora de levantarme. Me quité mi blusa de dormir. Luego deslicé mis calzones por mis gruesas piernas para luego inspeccionarlos un poco. Mostraban una grande y olorosa mancha blanca a la altura de donde quedaba mi puchita.
    
    Me dirigí al cuarto de baño y estaba por meterme al shower, cuando mi gato me empieza a llorar indicando que quiere salir al patio a hacer sus necesidades, como siempre lo hace cada mañana.
    
    “Ay pinche gato ¿no ves que tengo prisa?” le dije a mi gato que nomás se me quedaba mirando. Me enredé en una toalla y abrí la puerta y ¡Oh Dios! Justo en ese momento encuentro parado a don Luis, el rentero, a punto de tocar mi puerta.
    
    Don Luis es un señor de unos 60 y tantos años. Es un ...
    ... señor alto, delgado y de esos que se ven que han trabajado toda su vida. Y con eso me refiero a que tiene manos grandes y fuertes, y a pesar de su edad camina erguido y se nota sano. Incluso me atrevería a decir que me da la apariencia de que en su juventud ha de haber sido guapo y galán. Siempre me ha tratado con respeto e incluso con cariño. Igual que cualquier cosa que necesitara en el departamento, ya sea algún arreglo de plomería, el aire acondicionado o la calefacción, tardaba más en avisarle que en lo que mandaba a alguien a reparar el problema. Cuando hubo rumores de ladrones en los alrededores de la vecindad mandó poner enrejado nuevo en mis ventanas y luces por todo el patio para que no estuviéramos a oscuras. Lo sentía siempre bastante protector hacia mí y la verdad yo lo apreciaba. Por lo mismo me moría de pena tener que quedarle mal con la renta otro mes más.
    
    “Hola muchachita, estaba apenas por tocar la puerta” me dijo don Luis igual de sorprendido que yo. Sobre todo, de encontrarme enredada tan solo en una pequeña toalla.
    
    “¡Don Luis! Perdón, je, je... no lo esperaba tan temprano... je, je” le respondí nerviosa, tanto por el asunto de la renta y otro más por encontrarme casi desnuda. Trataba de estirar la diminuta toalla de la parte de arriba para cubrir mis pechos, pero al mismo tiempo intentando no subir demasiado y mostrarle la espesa mata de pelos de mi vagina, don Luis que permanecía inmóvil frente a mí y visiblemente nervioso.
    
    “Lo siento pequeña, no ...
«1234...8»