1. Tu madre, nuestra puta (6): Final


    Fecha: 18/02/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Relatador2022, Fuente: CuentoRelatos

    ... sio nan te.
    
    Nos levantamos los tres y las saludamos a las dos con sendos besos en las mejillas.
    
    “Chicos esta es Carla. Es mi compañera de piso. Ya sabéis”, dijo ella esbozando una sonrisa en la boca.
    
    “Mira Carla, Oscar, mi hijo, este es Pablo, y este otro Javier”, no presentó Marisa.
    
    Encantado, la dije intentando cerrar lo más posible la boca que aún la tenía abierta después de ver ese monumento de mujer.
    
    “¿Este es mi sitio?, preguntó Marisa señalando las rosas.
    
    “Si claro”, le dijo Pablo.
    
    “¿Esto es para mí? “preguntó Marisa haciéndose la sorprendida.
    
    Afirmamos con la cabeza.
    
    “Uhy, que bonitas. No teníais que haberlos molestado. ¿Ves Carla como te dije que son un encanto?”, siguió Marisa.
    
    Empezó a leer las tarjetas. Según lo iba haciendo, sus ojos empezaron a tomar un aspecto vidrioso. Cuando terminó con la ultimo las lágrimas corrían por sus mejillas.
    
    “Joder chicos, que cosas tan bonitas me decís. Se me va a correr el rímel”, decía mientras se limpiaba delicadamente las lágrimas con un clínex.
    
    Nuevamente se levantó y nos dio un beso y un abrazo a cada uno. La escena era totalmente tierna, y Carla la observaba con cara de tonta, pero con tetas de… Puff.
    
    Se volvió a sentar, y empezó a contarnos.
    
    “Carla es la chica que os conté que estaba en la calle conmigo, y que nos vinimos al piso las dos. Desde entonces, hemos sido uña y carne. Una, el pañuelo de lágrimas de la otra, porque, aunque no lo creáis, esta vida no le gusta a nadie. ...
    ... Desde un principio, ha sabido de los motivos de mi prostitución, y flipo como todo el mundo que pudiera saberlo de lo cabrones que pudieran ser algunos hombres.
    
    Cuando les hable de vuestra aparición con las fotos y los videos, su respuesta fue tajante, Ya sabes lo que quieren esos. Yo la pregunte qué ¿el qué? Y me dijo follarte, ahora que tienen las fotos, a por la tonta. Yo la contesté que seguramente, pero que al menos os habíais preocupado por mí.”
    
    La miramos todos a Carla con mirada inquisidora.
    
    “Perdonar, chicos, pero es lo que parecía”, nos dijo ella, “aunque a las pruebas me remito que habéis hecho lo que habéis hecho sin pedir nada a cambio. Ole vuestros huevos”.
    
    Cambiamos la cara, y Marisa, siguió.
    
    “El caso es que como comprenderéis, yo voy a dejar esta vida, y Carla se quedara en el piso. Pero no quiero que se quede sola. Hasta que encuentre compañera, yo seguiré viniendo por aquí, aunque os juro que solo a hacerla compañía.”
    
    Aquello parecía una novela rosa. Qué bonito era todo.
    
    “Chicos vienen a tomar la comanda, mirar la carta y pedir lo que se os antoje”, nos dijo Marisa.
    
    Miramos la carta, y cada uno dijo lo que quería.
    
    “Para mataros”, dijo Marisa, “¿os traigo a un restaurante como este y pedís hamburguesas?”
    
    Llamó al camarero,
    
    “Por favor, cinco gazpachos, no muy fuertes, y luego carne a la piedra para compartir, las raciones que usted vea.”
    
    “¿Y para beber, señora?, preguntó el camarero.
    
    “Para mí agua, tu Carla cerveza, ¿no? Y a ...
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