1. Tu madre, nuestra puta (6): Final


    Fecha: 18/02/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Relatador2022, Fuente: CuentoRelatos

    ... los chicos ni preguntarles, cocacola”
    
    Estábamos encantados de que Marisa, nos manejara. Ese aspecto maternal con el que nos trataba... a mi particularmente, me parecía increíble.
    
    Durante la comida, estuvimos recordando un poco estos últimos días. Le contábamos a Carla la escenita de Marisa con Manuel retorciéndole los huevos y luego a punto de cortárselos, y luego la vestimenta para ir a ver a Dompimpon.
    
    El ambiente, era buenísimo, y más buena aún la carne a la piedra. Yo pensé que se refería a que estaría dura como una piedra. Pero aquella estaba blanda y buenísima.
    
    Ya casi a los postres, Marisa nos dijo.
    
    “Bueno chicos, ahora cuando comamos el postre, iremos a la fiesta. Como supongo que habréis adivinado, la vamos a hacer en nuestro piso, y hemos puesto mucho cariño en todo lo que hemos preparado. Estamos locas por ver si os gusta.”
    
    Yo pensaba para mí, seguro que ahora cuando lleguemos nos hacen sentar ellas se van a cambiar, y salen en lencería para que elijamos a una y follarla a muerte. Buff, yo solo me ponía brutísimo. Mira que si cuando llegamos habían preparado un guateque estilo años 80….
    
    Pues llegó la hora. Llamó al camarero, pagó la cuenta, y nos levantamos los cinco con las flores y los bombones. Fuimos hacia el piso, siguiendo a las dos mujeres.
    
    Cuando llegamos al portal, Carla se adelantó y subió antes que nosotros. El piso estaba en un primero, según nos contó Marisa, porque así el trasiego de clientes era menos molesto para los ...
    ... vecinos, ya que no tenían que coger el ascensor.
    
    Subimos y Marisa, abrió con su llave. Pasamos. Coño, no se veía un pijo.
    
    “Chicos ponerme una mano en el hombro y seguirme”, nos dijo.
    
    Aquello empezaba bien. Ya empezábamos a tocar carne, jajaja.
    
    Cuando llegamos a dónde íbamos, Marisa no dijo,
    
    “¿Preparados?”
    
    Los tres dijimos que sí. Y Carla encendió la luz. Empezó a sonar una balada. Una música tranquila relajante.
    
    Aquello debía de ser el saloncito. Estaba literalmente lleno de globos, de colores por todos lados, colgados en el techo en las paredes tirados por el suelo… por todos lados.
    
    En la pared de enfrente un mensaje hecho con globos de esos que venden en los chinos que son letras poniendo:
    
    Gracias amores
    
    Sentaros por favor, dijo ella.
    
    Nos sentamos en unos sillones que había, y encendieron la televisión, y empezaron a reproducir un video que nos había preparado Marisa.
    
    Eran paisajes muy bonitos, y frases de vez en cuando.
    
    Gracias por estar siempre ahí
    
    Gracias por hacerme reír
    
    Gracias por permitirme volver a soñar
    
    Gracias por ayudarme cuando lo he necesitado
    
    Gracias por cada mirada
    
    Gracias por cada deseo
    
    Gracias por cada palabra
    
    Gracias por cada gesto
    
    Gracias por aceptarme como soy
    
    Muchas gracias por ser como sois y ser mis amigos.
    
    Joder, teníamos todos un nudo en la garganta, incluso ellas dos.
    
    Pablo, como no tomo la palabra.
    
    “Marisa, y creo que hablo en nombre de los tres, GRACIAS A TI, por ser una tía ...
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