1. Verano del 84 (Capítulo 3)


    Fecha: 21/11/2023, Categorías: Primera Vez Autor: Flyer, Fuente: CuentoRelatos

    ... glande, deteniéndome más en su entrada, y pronto me quede allí con mínimos movimientos circulares, hasta que mi cabeza fue avanzando un par de centímetros en la entrada. En parte porque yo inconscientemente levantaba mi pelvis, pero también en parte porque Cami no apartaba la suya. Pero lo cierto es que en el umbral de la virginidad las hazañas viriles son para los cuentos y, la verdad sea dicha, mi orgasmo que ya veía reteniendo desde hacía rato me ganaba por goleada. Me pajee más fuerte con mi glande todavía apoyado en su himen, luego lo traje hacia mí, y me deje ir, descargando sobre mi vientre.
    
    - Que enchastre hicimos. Venís, vamos a limpiarnos un poquito.
    
    Fuimos al baño, hicimos pis, se sentó en el bidet, hice correr agua, y con jabón y ternura le lavé su entrepierna. Hizo lo mismo conmigo, nos secamos y nos tiramos lado a lado en la cama. Charlamos largo rato, de esto y de aquello. A todo esto es importante agregar que mis conversaciones con Cami no eran huecas, nos gustaban más o menos las mismas cosas, nos contábamos nuestros sueños, descubrí por ejemplo esa noche que le gustaba esquiar (mi deporte favorito) y hablamos largo rato sobre montañas, la Patagonia y demás. Alternado con alguna risa, algún beso y constantes caricias. En un punto coloca su mano en mi pene, ya erecto de nuevo, y me pajea suavemente. Listos para otra vuelta, nos dijimos con una mirada. La besé, bajé a su cuello, me detuve un buen tiempo en sus lolas, y seguí bajando para ensayar en la ...
    ... práctica lo que había leído en La Segunda Dama. Me dejo entre sus piernas flexionadas, que mis brazos rodearon, mientras alcanzaba su clítoris. Ensayé varias cosas, mi lengua más ancha, paleteando como un helado, o bien explorando con la punta más rígida los varios sectores. Esto último, en especial jugando así con su punto sensible, casi como si fuera un dedo, produjo la mayor excitación en Cami. Me lo delataban sus gemidos y contorsiones, y los pequeños temblores y la tensión de sus músculos que podían sentir en la palma de mi mano presionada en su pelvis.
    
    El trámite pronto se volvió algo incómodo para mí. Sus piernas se cerraron cada vez más fuerte sobre mi cabeza, la cual también me sujetaba con ambas manos, y apenas conseguía respirar por mi nariz que por momentos también se apretaba contra su concha. ‘Que valga la pena’ pensé mientras continuaba con ahínco. Sin duda que así fue. Se tensó con vigor hasta levantar la cola de la cama, sus flujos inundaron mi boca y tembló violentamente. Los temblores se volvieron espasmos, apartó mi cabeza y se cubrió con las manos para que no la siguiera estimulando. Gradualmente fue relajándose. Sus piernas dobladas cayeron fláccidas a los costados, abriéndose ante mi entregadas. Aparto sus manos, y tuve la idea picara de un último beso en su punto mágico.
    
    - ¡No!, ¡Jajaja! - dijo dando un respingo.
    
    Me trepé sobre ella y la besé.
    
    - Ahora supongo que debo devolver la atención… - su mirada entre lujuriosa y temerosa.
    
    - Nada, ...