1. Verano del 84 (Capítulo 3)


    Fecha: 21/11/2023, Categorías: Primera Vez Autor: Flyer, Fuente: CuentoRelatos

    ... dice.
    
    - ¿Fue? Todavía faltos vos Cami. Perdón, fui muy apasionado, pero poco caballero. ¿Tuviste un orgasmo alguna vez?
    
    - Si, cuando me pajeo.
    
    - Quiero que tengas uno conmigo.
    
    La giré más de espaldas, comencé a sobarle una teta, y a alternar con su concha, mientras mi boca pasaba de la suya a su otra lola.
    
    - Te falta una mano - Ríe.
    
    Claro, mi brazo izquierdo continuaba rodeándola por debajo. Mi imaginación compensó mi experiencia. Me moví hacia el centro de la cama, la ayudé a colocarse arriba mío y se sentara a horcajadas sobre mi verga. Está apoyada contra mi vientre, y bien dura por cierto. Pero su clítoris podía frotarse contra mí de esa manera y comenzó a mover la pelvis suavemente hacia adelante y atrás. La gloria de sus lolas quedó a mi vista y al alcance de mis manos. Me deleité sobándolas y acariciando sus pezones, evidentemente sensibles porque gemía suavemente en respuesta y aumentaba el ritmo de su pelvis. También me salió acariciarle muy tenuemente con mis uñas el contorno de sus pezones bamboleantes, siguiendo la caricia por sus costados, sus muslos y su culo hasta donde llegaban mis brazos. La hizo estremecerse suavemente, entrecerró los ojos, y comenzó a jadear un poco. Ahora si la estaba descifrando, y aceleraba en el camino a su orgasmo. Repetí caricia con las uñas en la cara interna se sus muslos, su bajo vientre y su pubis, bajo el cual mi glande aparecía y desaparecía con sus movimientos rítmicos. Con mi pulgar masajeé sobre la unión de ...
    ... sus labios mayores, para estimular más su clítoris. Humedecí mis dedos con algo de tanto jugo que había sobre mi vientre, y tomé con delicadeza sus duros pezones entre mi índice y pulgar, y eso la llevó sobre el borde. La sentí venir. Profunda. Intensa. Abrí mi mano y apreté con fuerza sus tetas. Cerró sus ojos, tembló todo su cuerpo y sus jugos empaparon mi verga y mis huevos. Se aflojó y bajó sobre mi pecho. Nos besamos mientras le acariciaba la espalda (con las uñas, como le gustaba eso) y se estremeció un par de veces más.
    
    - Ahora, ¡eso sí fue lindo! - dije, y simplemente me miró con su hermosa sonrisa.
    
    Se incorporó de nuevo y miró mi pene duro aún bajo ella.
    
    - Supongo que eso no puede quedar así, ¿no?
    
    - Por favor no.
    
    - ¿Cómo hago?
    
    - Lo que te salga seguro funciona.
    
    Levantó su pierna derecha, descansando sobre su rodilla izquierda para hacer algo de espacio, tomó mi verga y comenzó a pajearme con alguna torpeza.
    
    - Así, ¿no?
    
    - Así.
    
    Tomé su mano, la ayudé a cerrarla sobre mi verga, y a acompañar algunos movimientos. Comenzó a masturbarme con más destreza, pero luego comenzó a jugar con fuego. Levantó un poco más su pelvis y comenzó a frotar mi glande por su ranura. La sensación era sublime. Sentía la protuberancia de su clítoris sensible adelante, y luego como se hacía más suave hacia atrás, llegando a la humedad invitante de su entrada. Reemplacé su mano para maniobrar yo mismo mi verga, el ángulo me lo hacía más fácil. Frotando suavemente mi ...