1. Algo real (Segunda parte)


    Fecha: 07/10/2018, Categorías: No Consentido Autor: Mercedes, Fuente: CuentoRelatos

    ... reunirse conmigo me puso en un estado de alerta erótico intenso. Había decidido que Celia estaría en mi casa, no le encontraba ningún sentido que ella estuviese en un hotel y que planificáramos nuestros encuentros a hurtadillas. Mis padres sabían que yo tenía una amiga en el país vecino, que era comerciante y que quizás desarrollara algún tipo de operación con nuestra empresa.
    
    Planteadas así las cosas Celia llegó a mi casa al mediodía de un jueves y de inmediato se captó la simpatía de mis padres. Ya he contado que Celia es una mujer hermosa y de una sencillez cautivadora.
    
    El desafío en este encuentro era para mí, más que para ella, poder mantener la verdadera naturaleza de nuestra relación sin que nada pudiera ser captado por mis padres. Sin embargo había algo cautivador y peligrosamente atractivo en este ambiente que yo misma había buscado.
    
    Ver a Celia caminar por mi hogar, compartir mi intimidad diaria, sentarse a mi mesa, era algo muy audaz ya que esta situación, al menos en mi país, habría sido rechazada en forma unánime y casi violenta.
    
    No me sentía mal respecto de mis padres por cuanto el mundo de ellos estaba tan lejano del mío que no podrían jamás tocarse.
    
    Celia estuvo tres días en mi casa y las experiencias que vivimos nos han acercado más que las anteriores. Yo diría que lo que nos ha cautivado es la naturalidad con que asumimos nuestra realidad de amantes. Ver a Celia allí en mi cuarto sentada frente al PC desde el cual yo le escribo todas las ...
    ... noches soñando con su presencia y tenerla ahora allí, al alcance de mis caricias que le prodigué con una pasión renovada, fue algo superior a todo lo imaginado.
    
    Era embriagador tenernos en mi cama y percibir su tibieza real, la presencia de su cuerpo allí donde noche a noche la había soñado, y sus palabras dulces comparando esta realidad con mis descripciones.
    
    Nos hablamos y nos mostramos noches enteras sin privarnos de ningún detalle y sentíamos cada vez más que habíamos construido un mundo nuevo sin destruir ninguno, un mundo que estaba más allá de las obligaciones y rutinas diarias que ambas seguíamos cumpliendo como mujeres modernas.
    
    Casi no dormíamos. Todo era susurros, confesiones, risas apagadas, deseos secretos que se cumplían apenas planteados, exploraciones que tiempo antes a cada una nos habrían parecido prohibidas, pero que ahora estaban permitidas por el deseo de no guardar secreto alguno ni de ocultar ningún rincón del territorio de nuestros cuerpos y llegamos a conocernos tanto que casi no nos dábamos cuenta si estaba la luz encendida o apagada porque el tacto el gusto y el olfato había creado entre nosotras un mundo multisensorial que nos permitía el conocimiento completo.
    
    Me di cuenta, en un análisis inevitable, que no sé si tendrá validez general pero al menos es mi percepción, que la relación con el hombre está transcendida de un dejo de entrega. Yo quería entregarme a Julio y que él me tuviera. Yo quería ser poseída, pertenecerle y por medio de esa ...