Buscando un Amigo - Relatos Eróticos

Buscando un Amigo

... miembro llevándolo casa vez un poco más dentro de mí boca. Mis labios, lengua y toda la cavidad bucal estaban saboreando y sintiendo algo muy placentero. Me excitaba mucho. Tuve mi erección. Me propuse seguir mamando suavemente sin hablar, sin interrumpir el placer de ambos y me dejé llevar. Me concentré en disfrutar y de vez en cuando lo miraba a los ojos para ver su cara de placer y excitarlo más. El no dejaba de observarme mientras se la chupaba. La saqué de mi boca para recorrer con mi lengua por la parte de abajo de su pene, la vena gruesa e hinchada desde sus huevos hasta el frenillo. Con los labios abiertos y humedecidos, apretando suavemente ambas partes laterales, recorrí varias veces su pene. Puedo asegurar que lo estaba saboreando mucho y me sentía pleno. Lo noté excitado y le dije en voz baja, sigo suave así hasta el final, sólo avísame cuando vayas a correrte. Te aviso, sigue así que va muy bien. Seguí mamando rítmica y constantemente, tratando de introducir todo lo que pudiera. Logré mucho pero no todo. Y cuanto más profundo mamaba más lo sentía temblar de placer. Comenzó a respirar más forzado y gemir muy suave, lo presentimos juntos, el momento tan esperado ya era inevitable. Me dijo Ya. Me corro. Sin abrir la boca hice un gemido de aprobación para que supiera que lo había oído y estaba de acuerdo. Seguí mamando más suave y más lento haciendo menos presión ya que sentía su hinchazón y la explosión inminente. De pronto sentí su pene como en convulsiones, como ...

... latigueando dentro mi boca. Sentí primero un chorro tibio que rebotó en mi paladar, después ya una sensación de tibieza más grande desparramándose más suave dentro e inundando cada vez más. Sin pensarlo tragué rápido pero en dos veces todo, para poder seguir sacando todo el contenido restante. La primera sensación fue de sentir como beber una sustancia algo espesa cuál crema o natilla que me provocó un leve ardor como si se tratara de algo caliente y con burbujas. Luego, los tragos siguientes fueron más suaves y con menos carga. Talvez logré tomar todo en 5 o 6 tragos pensando en dejarla ese sabroso pene totalmente limpio. Se aflojó y con menos tensión, volvió a ser disfrutable dentro de mí boca. Seguí mamando muy suave, apenas apoyando mis labios y lengua sabiendo que después de un orgasmo el pene queda súper sensible. Miré su cara y además de su sonrisa extasiada sus ojos trasmitían mucha satisfacción y relax total. Miré su pene por varios segundos, lo acaricié con mi nariz y mis labios. Olía y sabía diferente. Ya no tan salado. Una mezcla de olor dulce, sabor un poco agrio, insípido, nuevo para mí. Con su pene ya flojo y recostado sobre mi mano, le miré a los ojos, le di un último beso en el glande y le dije Gracias. Gracias tú también me dijo. Me levanté, guardó su miembro, lo abracé, le volví a agradecer y nos abrazamos fuerte unos segundos como descansando cada cuerpo en el otro. Me has hecho disfrutar muchísimo. He quedado por demás satisfecho y probablemente no vuelva ...