1. 44.2 Bajo cierto control


    Fecha: 25/09/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    Después de que hubo eyaculado recogí con la mano su esperma que cayó en mi pecho, lamí mis dedos para limpiarlo todo y le contemplé rendido y sonriendo satisfecho con los ojos semi cerrados.
    
    Se quedó mudo, muerto, o eso creía yo, pero comenzó a acariciar mi cabeza y tirar de mis sobacos hasta que tuvo mi polla a la altura de su boca y la tragó, tuvo que mamarla muy poco tiempo, a la vez estimulaba mi ano metiendo sus dedos hasta que se los aprisione llevado de mi orgasmo que terminó por llenarle la boca de esperma que tragó, todo fue a parar a su estómago, no se le escapó ni una gota.
    
    Llegué a sus labios y le besé con pasión y estuvimos unos minutos descansando, reponiéndonos de nuestro excitado esfuerzo.
    
    -Tú dirás dónde nos podemos limpiar y lavar la boca, por mí no lo haría porque tu sabor me deleita. -saltamos de la cama y fuimos a su baño que era una maravilla, pero eso es lo de menos y no tiene importancia, lo mejor eran sus caricias que me hacían desear volver a empezar a comérmelo.
    
    -Llevaba cinco días contando los segundos para tenerte mi amor. -volvía a empalmársele la verga.
    
    -Ya lo he notado, estabas lleno de leche y no podía tragarla. -me abrazó y besó mi cuello, ¿que tendré en este cuello que tanto me excita que lo besen?
    
    -Aún tengo mucha leche para ti. –le acaricié la verga que se le estaba poniendo dura.
    
    -Te creo, pero será a la noche, no sé lo que van a pensar de nosotros y aún no he colocado mi ropa, voy a escandalizar a tus abuelos, ¿qué ...
    ... van a decir?
    
    - Daniel, no van a decir nada, que nos queremos y que vaya suerte que ha tenido su nieto, pueden pensar lo que es natural, somos jóvenes, también ellos lo fueron. –una sonrisa muy pícara, ligeramente obscena curvaba sus labios en una mueca significativa del vicio que sentía por mí.
    
    -Vamos anda, te voy a enseñar los alrededores, para que no te pierdas. –tuvimos que deshacer mi maleta para cambiarme de ropa, pero no la colocamos como era mi propósito, y cuando estuvimos preparados, cogió mi mano y tiró de mi hacia el pasillo que conducía a la parte de atrás de la casa.
    
    Íbamos a pasar delante de una puerta y recordé que era donde habían improvisado una habitación de hospital para Ál, la miré aprensivo y Gonzalo lo notó.
    
    -Espera, ven un momento. –abrió la habitación, la habían cambiado por completo, ahora era una bonita sala de estar donde, absolutamente, todo era diferente.
    
    -Mis abuelos se han trasladado a esta zona trasera de la casa que es más tranquila y esta es su sala particular. -encima de la repisa de la chimenea había algunos marcos con fotografías, había dos donde se veía a Gonzalo con Ál y me sorprendí cuando vi una combinación de fotografías mías que, en una especie de colah, tenían la que me hicieron para la orla de la universidad y la que nos hicimos aquellas vacaciones delante de la Ermita del Cristo en el pueblo y hasta de Halifax con Gonzalo y Ál.
    
    Me emocioné y abracé su cintura mientras sostenía el marco en mi mano izquierda. Su ...
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