1. ¡MUCHO MÁS QUE DIEZ KILOS! 2


    Fecha: 22/05/2023, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Clarisa no perdió un segundo. Se montó sobre mí para un 69 glorioso… y lo fue. Antes que yo me acomodara, ella me había tomado de los cachetes del culo y me apretaba contra su boca. Sentía la pija en su garganta. Y la concha recontra apretada contra mi boca, apenas lugar para la lengua y para respirar.
    
    -No usés las manos, por favor. Estoy bastante irritado.
    -Si, mi amor, como quieras. – La maestría de sus labios y su lengua no necesitaban manos. -  
    ¡Papito! ¡Estoy súper caliente! – Se sacó la pija de la boca para hablar. – ¡Llenámela rápido, por favor! 
    -¡Vos llename la boca! – Yo también la había tomado del culo, con un par de dedos adentro.
    -¡Sííí! Hay vaaaa! – Clarisa se estremeció como tantas otras veces. Por más abierta que yo tuviera la boca no pude con todo. Por mi rostro se derramaron fluidos. ¡Sus chorros son tremendos! - ¡Papito! ¡Qué placer!
    
    Más o menos, serían las ocho de la mañana. Nos recostamos para relajarnos y recuperar la respiración. ¡Y recuperar mi capacidad de eyaculación! Quedamos abrazados con caricias recíprocas. ¿Viste esos “desfiles de modas”, donde diez o quince súper modelos se muestran en lencería transparente o bikinis por demás escuetas? Todo para que en esos simulados desfiles de moda…, los ricachones que están entre el público, elijan la chica con las que pasaran la noche…, o la semana -depende del tiempo y la guita…-, con bellísimas mujeres muy difícil de encontrar en piringundines o burdeles. ¡Ninguna de esas podrían competir con ...
    ... Clarisa! Su belleza, además de perfecta, es impresionante. Tengo que reconocer que gracias a Mami, puedo darme el gusto de tener entre mis brazos y piernas semejante hembra. ¡Lamento que esto llegó un poco tarde!
    	
    Probablemente dormitamos una media hora. 
    -Tesoro… ¿vamos a desayunar?
    -¡Noooo! ¿Por qué? Lo pedimos acá… - Clarisa estaba dispuesta no perder un minuto.
    	Lo pedimos y seguimos en la cama. Unos diez minutos más tarde golpearon la puerta.
    -Dejá, yo voy. – Clarisa se levantó, se puso mi camisa, totalmente desnuda bajo ella, y fue a la puerta, llena de fluidos y olor a sexo. 
    Me senté, con el bóxer solamente, frente a la mesita donde tomaríamos el desayuno. Ella abrió la puerta. Era un chico jovencito, de su edad, más o menos. ¡El pibe se quedó petrificado! 
    -Dale, entrá. Dejalo allí. – Clarisa le señaló la mesita, con un toquecito sobre los hombros. El chico no sabía dónde mirar. 
    -Hola, buenos días. - Le dije yo. El chico hasta se  había olvidado de saludar.
    -Si… si. Bue…nos días… - Y entró temblando…
    Clarisa se quedó parada junto a la puerta, con toda su humanidad mostrándosela al joven… Cuando el volvió la tenía enfrente. No sabía cómo disimular la terrible erección. Se movía como si tuviera ganas de orinar, con las piernas apretadas. 
    -Muchas gracias, “tesoro”, por la molestia. – Resaltó la palabra “tesoro” y le dio una generosa propina. El chico apenas podía hablar. 
    -Gra…gra…cias… - Cuando cerró, Clarisa largó la carcajada.
    -¡Jajaja! ¡La paja que ...
«1234...»