1. Inmigrante (07)


    Fecha: 10/09/2018, Categorías: Confesiones Autor: AMorboso, Fuente: CuentoRelatos

    ... tres putas, los maridos correspondientes y las amigas, se fueron todos juntos, no sin quedar antes con Marta en el piso y decirles a las tres que teníamos que quedar para hablar. Ana, con una borrachera increíble, se empeñó en que la otra puta y ella eran íntimas amigas y la invitaba a su casa. Al fin, cerramos y me llevé a Ana y a la puta a casa.
    
    Entramos en la mía, las llevé al dormitorio, donde cayeron ya sin conocimiento, por lo que tuve que desnudarlas a ambas y acostarlas en mi cama, yéndome yo a la otra habitación.
    
    Por la mañana, me levanté, fui a la ducha y a desayunar, observando que Marga había preparado dos desayunos. Cuando terminé, pasé a casa de Ana para decirle que trajese un desayuno más, porque teníamos una invitada.
    
    Cuando volví, se oían gemidos en mi habitación, ahora ocupada por las dos mujeres, por lo que me asomé y quedé sorprendido por la escena. Mi mujer debajo y con la cabeza a los pies de la cama le comía el coño a la puta colocada encima en un perfecto 69. Ante la escena mi polla respondió al instante. Me quité la toalla que todavía tenía puesta, y me subí a la cama poniéndome de rodillas tras la puta, que por cierto, se llama Susana, para meterle la polla en el coño y empezar a follarla.
    
    Recorrí la entrada con la punta, humedeciéndola en su abundante flujo, incrementado por la saliva de Ana, y la fui metiendo por su coño, despacio, sintiendo cada centímetro que penetraba al tiempo que la lengua de Ana hacía recorridos desde su clítoris ...
    ... hasta mis huevos pasando por la parte de polla que todavía quedaba fuera.
    
    Al poco de sentir cómo le entraba, comenzó a decir:
    
    -Por el culo. Métemela por el culo.
    
    Le hice caso, la saqué de su coño y la coloqué a la entrada de su ano. Hice presión y conseguí que entrase la punta, pero los gritos de “para, para, para”, me detuvieron. Al parecer no era un camino lo suficientemente recorrido y abierto, lo que me pareció extraño en una puta. Me levanté y tomé de la mesilla el lubricante, llenando bien su ano y lubricando mi polla.
    
    Metí varios dedos para dilatar, pero nuevamente volvió a insistir en que se la metiese por el culo, así que la enfilé y de un empujón se la metí toda. Dio un fuerte grito, pero enseguida se calmó y pude moverme con libertad.
    
    La lengua de Ana acariciaba mis pelotas cuando la tenía toda dentro, lo que, junto a la presión de su culo sobre mi polla, hicieron que me corriese bastante pronto. Creo que Susana se corrió varias veces, pero no sé si fue mi enculada, la comida de coño de Ana o ambas cosas.
    
    Después de correrme, me retiré para ducharme de nuevo y vestirme. Cuando lo estaba haciendo, Ana me preguntó si ya me iba, a lo que respondí que tenía una cita ineludible y que iba tarde.
    
    Puso cara de disgusto, pero se le pasó rápidamente con el trabajo de Susana.
    
    Cuando llegué al piso, Marta estaba esperándome desnuda junto a la puerta. La hice acompañarme hasta la habitación y le ordené desnudarme. Lo hizo con diligencia y alegría. Cuando ...
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