LA TÍA SIGUE SIENDO CURIOSA 2 - Relatos Eróticos

LA TÍA SIGUE SIENDO CURIOSA 2

... nos encontramos.» «Perdón… soy un grosero… No te ofrecí nada: ¿café, alguna bebida?» «Acá las únicas bebidas son agua o gaseosas… Salgamos discretamente y vamos a tomar un whisky o algo así…» «Sí, claro. ¿Viniste en auto?» «Todo está previsto. Mi “metodología” es pasar lo más desapercibida posible. Hoy vine en el colectivo…, porque sabía que me ibas a llevar vos…» «¡Uy dio! ¡Soy un salame!» «¡Sos amoroso! Te lo dice alguien que sabe…» «¡Caramba! ¡Jamás recibí semejante elogio!» «Te va costar un whisky! ¡Jajaja! Salí unos minutos más tarde. Te espero en la vereda del estacionamiento.» Se levantó con su sobriedad y elegancia de siempre, y fue hacia los ascensores. ¡Esta mujer es un fenómeno!

-Te tenía totalmente desorientado y… dominado…- Laurita lo tenía claro…
-Yo pensé lo mismo…, pero la cosa cambió pronto…, para mi sorpresa…, y yo no demasiado convencido.

“Nos encontramos y fuimos hacia mi auto. «¿Dónde querés ir?» «Donde elijas me parecerá bien…» Yo conocía un boliche muy cerca de un hotel, bastante discreto… ¡Nunca se sabe! Era cerca de donde teníamos el estudio. No le hice ningún comentario. Había que estacionar en la calle. El boliche, por la cercanía con el telo, era un lugar de previas y citas. Antes de sentarnos, Victoria se sacó sus atuendos “discretos” y quedó con un hermoso y mínimo vestido, que no dejó de lucir para que yo la admire. No parecía saber para qué es, o para que se usa el boliche…, pero con esa pinta, ningún “conocedor” podría dudar de que ...

... fuera a coger. ¡Ojala que sea así! Cuando la dejé pasar al sillón semicircular que rodeaba la mesa, no dudó en rozar su culo con mi bulto, no sé si con alevosía o no. Al sentarse, cruzó las piernas…, luciendo sus espectaculares muslos casi hasta la ingle. Todo estaba previsto en el boliche. Esos sillones permitían que las parejas se sentaran muy juntas, tanto como lo desearan… Yo  todavía tenía prevención. Estaba a su lado, pero no la tocaba. Victoria me miró sonriente. No sé si era una sonrisa pícara o de seducción…, o ambas cosas. ¡Estoy tremendamente caliente con esta mina! Nunca en la vida había conocido mujer así. Antes, hace apenas un mes, era un objetivo inalcanzable. Ahora la tenía a 10 cm, embriagado por el aroma de su cuerpo…, aunque de ninguna manera iba apurar nada. Hasta ahora mi discreción había dado buenos resultados. Luego de que nos sirvieran, ella me miró con la copa en la mano. «¿Brindamos… por nosotros?» «Por una larga amistad…» «Larguísima… si es posible…» Cruzó su brazo con el mío. No sé si fue casualidad o a propósito. Con ella nunca se sabe… ¡Mi codo rozó una de sus tetas! «Para que lo sepas, Dani. No quiero arruinar tu vida. ¿Sos casado, verdad?» «Lo sabés por los alumnos…» «Por supuesto… ¡Jajaja!» «Si lo soy, desde hace 6 años y tengo un hijo de 6 y mi esposa está esperando otro…, bueno…, los dos lo esperamos. También será varón.» «Y… yo soy discreta, pero tengo gran poder de observación. ¡Se cómo te miran las alumnas y profesoras! ¡Jajaja! ¿Cuánta veces ...