1. Por herencia


    Fecha: 02/08/2018, Categorías: Primera Vez Autor: Mamaceando, Fuente: CuentoRelatos

    ... Casi a la media noche mi teléfono vibro. Estrella me mando una selfie con la cara llena de semen. Seguida de un mensaje. ”No me canso de los lácteos“ y una cara sonriente.
    
    Cuando llegó al día siguiente, con la actitud seria que le caracteriza. Fue a mi escritorio y dijo. —Fausto, tenemos que acabar ese proyecto hoy. Ya le avise a don Agustín y podemos irnos desde la hora de la comida. Así que espero que esté listo a la hora. —Si, yo la acompaño. Fue lo único que se me ocurrió decir. Luego los compañeros me molestaron un poco. —Eres su chaperon. —Mientras que se jodan los demás a trabajar su turno completo. Se quejaban otros. —¿qué proyecto? Preguntaba Elsa.
    
    Llegada la hora salimos y Estrella subió a mi auto. —¿A dónde vamos? Le pregunté. —A tu casa por supuesto. ¿O no notas que el chofer de mi suegro nos sigue a todos lados? —¿De verdad? Me entró un poco de temor por mi trabajo, estaba pisando terrenos peligroso. Yo sabía que Don Agustín no era el dulce que Estrella decía. —Bueno llegamos. Le dije mientras volteaba para corroborar que el auto de lujo se estacionaba un poco atrás. —y tu suegro no sospecha. —El inviste en que busque alguien de mi edad. Que tengo que rehacer mi vida. En cuanto entramos empezó a quitarse la ropa. Tenía un sujetador a juego con sus bragas de color azul cielo. —Para que no me digas que siempre voy de negro. —¡GUAU! Fue lo único que pude decir. Me imaginaba cómo sería sus nalgas, su cuerpo desnudo. Pero esto es el mismísimo cielo. Aún sin ...
    ... tacones es más alta que yo. Sus piernas son más que espectaculares y sus nalgas son divinas, nunca en mida vi una cintura más definida. —¿Seguimos con esto de los nervios? Mira, tenemos dos horas, así que me dices si vas a poder o alcanzó al chofer, qué feliz de la vida me mete la verga. —¿El chofer también? —Mira nene, no tengo tiempo para esto. Así que mejor me voy… —No, espera… Estrella ya comenzaba a vestirse.
    
    Me acerqué y fui quitándome la ropa, hasta estar desnudo frente a ella. Mi cuerpo flaco y flácido contrastaba con el escultural cuerpo de Estrella. Mía manos temblorosas fueron tocando su piel. Y ella me miraba fijamente a los ojos. Me hundí en su pecho para percibir su aroma, ese perfume que mezclado con su piel me volvía loco. Se sentó y abrió las piernas. Sin dudarlo ni un segundo me hinque y mi boca buscó su sexo. Nunca antes había probado esto y Dios mío. De lo que me he perdido tantos años. Pude seguí horas, pero Estrella se incorporó y se colocó en cuatro. En verdad estaba a punto de coger con ella. Me coloqué detrás de ella y fui empujando hasta estar totalmente dentro. Me hervía la sangre. Y no quería que fuera hoy tan rápido como ayer. Pero no aguantaba más. Estaba a punto de venirme. —Espera. —
    
    —Haaa! —Aguanta un poco Fausto! —haaaaa! —Piensa en otra cosa! Me decía casi gritando. Pero como pensaría yo en nada más con ese culo frente a mi. —Haaaaa! ¡QUÉ PINCHE RICO! Me vine dentro de ella, y ella seguía diciendo ya en voz baja. Casi apagada. —Aguanta un ...
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