Estrenando sumisa - Relatos Eróticos

Estrenando sumisa

... empleando hasta el momento. María no se hizo de rogar y se arrodillo en el suelo, con cuidado de no apoyar el culo en ningún lado.
-Primera regla, obedecerás todas y cada una de las ordenes que te dé, o de lo contrario serás castigada. ¿Lo has entendido? -Dije mirándola fijamente a los ojos desde la altura que me daba encontrarme de pie frente a ella.
-Sí- afirmó María.
-Segunda regla, no podrás hablar, llorar, ni correrte sin mi permiso. ¿Estás de acuerdo?
-De acuerdo- respondió, recordando lo que acababa de suceder.
-Tercera regla, me tratarás con él debido respeto, lo que incluye no tener la osadía de mirarme a los ojos y siempre te referirás a mí como señor.  ¿Lo has comprendido?
-Si, señor- respondió, mientras se apresuraba a retirar su mirada tras la nueva regla.
-Muy bien, así me gusta. Que seas una niña buena y educada- le decía mientras recorría sensualmente sus labios con mis dedos- Recuerda que, si te portas bien, yo también me portaré bien contigo y te haré disfrutar- fui bajando mi mano hasta sus bragas, mientras aprovechaba para acariciar sus redondos pechos y plano vientre por el camino- pero si no me haces caso, no tendré más remedio que castigarte y no te gustará- finalicé, mientras retorcía uno de los pezones que se intuían a través de la camiseta. María tragó saliva, pero continuó sin moverse mientras me miraba fijamente a los pies a la espera de nuevas órdenes.
-Y ahora- comencé, mientras empujaba su cabeza contra mi bragueta- ya va siendo hora ...

... de que demuestres todo el placer que estas dispuesta a dar a tu señor- Obedientemente, comenzó a besar el bulto de mis pantalones, mientras que sostenía su cabeza contra mi bragueta con una mano, comencé a desabrocharla con la otra. Finalmente, me saqué la polla de 20 cm a través del calzoncillo y mirándola fijamente a los ojos le ordené- Quiero que me enseñes lo que sabe hacer esa boquita sucia con una polla- y comencé a jugar dándole unos golpes en la cara con el rabo y pasándolo por su cara y sus labios antes de dejar que comenzase a lamerlo. Podía ver la excitación en sus ojos mientras se metía mi pene de silicona en la boca. Sujeté bien su cabeza para asegurarme de que no pudiera sacárselo de la boca y comencé a follarme su boca suavemente. La base de la prótesis que llevaba golpeaba mi clítoris con cada embestida, lo que hacía aumentar aún más mi excitación, sujeté bien y empujé su cabeza hasta introducir la polla completa en su boca hasta que noté como le venían las arcadas y la dejé respirar unos segundos antes de volver a obligarla ha que se la comiera entera. 
-Muy bien, ya veo que sabes como tratar un buen rabo- dije mientras le daba un respiro y jugaba con sus pechos – ahora, veamos lo que sabes hacer con uno más pequeño- y me desnudé de cintura para abajo, dejando a la vista mi rasurada vulva, a través de la cual se podía ver cómo sobresalía mi clítoris- Quiero que me comas la pollita, como has estado haciendo con la otra- dije con tono duro y exigente, mientras ...