1. Nunca me lo hubiese imaginado, aunque siempre me lo imaginé (Venezuela)


    Fecha: 12/07/2018, Categorías: Gays Autor: venezolano2322, Fuente: SexoSinTabues

    Los tiempos de estudio. No sé ustedes, pero yo tengo una debilidad inmensa por los chamos morenos claros, delgados, y altos. Y así mismo era Francisco. Un chamo que estudió conmigo en el liceo. Me daba morbo verlo con el pantalón de gabardina marcándole el bulto adelante, y las nalgas redonditas. Me provocaba apretárselas, estrujárselas, lamérselas, comérselas, entre otras cosas. Siempre llegaba a mi casa cayéndome a pajas, imaginándome que Francisco era mi amigo y me acompañaba a mi casa a hacer cualquier trabajo para el liceo, y que nos bañábamos juntos, y veíamos nuestros cuerpos apenas comenzando a ser adultos. Pero la verdad era, que aunque él estudiaba conmigo, no era mi amigo, nosotros no hablábamos para nada. Ni nos saludábamos, pero teníamos amigas en común y podía escuchar sus conversaciones sobre sexo, donde él explicaba con señas y gestos faciales las posiciones en que le gustaba coger a sus supuestos tires. Era todo un macho hetero, no sé si lo que decía era verdad o mentira, pero oírlo me excitaba mucho y era más que suficiente para una paja segura. Él se dejaba una chivita bien cuidada y yo me imaginaba que se la chupaba o que me la restregaba por todo el cuerpo mientras me pasaba la lengua, o que me hacia cosquilla con ella en el culo mientras me lo mamaba. Lo que yo pensaba era muy diferente a la realidad, Francisco siempre se metía conmigo, decía que yo era marico, y eso no me ofendía, porque de hecho, lo soy. Pero era incomodo que lo dijera en público, ...
    ... tratando de que todos se rieran de mí, y muchas veces lo logró pero yo ni pendiente, igual me gustaba su actitud dominante y machista. Nos graduamos juntos y no supe más de él por un tiempo, pero para mi sorpresa, al comenzar la universidad, me lo topé en mi misma sede, pero me quedé más sorprendido cuando me saludó con un movimiento de cabeza. Desde allí, cada vez que me lo encontraba en la universidad, me saludaba igual, o me decía un “Epale”, creo que en una ocasión hasta me dio la mano. Siempre lo veía porque él estudiaba una carrera afín a la mía, pasaron los 5 años de la universidad sin ninguna novedad más que un saludo espontaneo de ambos cada vez que nos encontrábamos. El trabajo Eran tiempos de pasantías, y para mi grata e ingrata sorpresa, estaba Francisco en la misma empresa que yo. Aunque no pude evitar pensar, “este carajito cada vez se pone más bueno”, me dio miedo que, como en el liceo, él tomara una actitud burlona hacia mí que me hiciera quedar mal ahora en el trabajo. Supongo que en esos 5 años había madurado porque no lo hizo, y teníamos que trabajar juntos, porque los dos éramos pasantes y desarrollábamos el mismo proyecto, en la misma oficina, con el mismo jefe directo. Yo veía a ese chamo todos los días, y me seguía dando morbo, pero ya no llegaba vuelto loco a pajearme. Fueron muchos los días que trabajamos lado a lado en AutoCAD, actualizando los planos de la obra que se iba ejecutando. Nos llevábamos bien, incluso reíamos y echábamos vaina juntos, pero ...
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