Speedo - Relatos Eróticos

Speedo

... ropa, quedando solo en ese speedo rojo donde se veía una machita oscura en la punta de su bulto. No quería que se sintiera incómodo, así que no le dije nada. Se depiló rápido, con experiencia. -Yo… yo si me rasuro allá abajo-me dijo. -Pero, la crema esa ¿no es tóxica? -Lo hago con un rastrillo normal, pero al inicio si me corté varias veces. Pero podría ayudarte. Mi cabeza me regresó a la tierra. No era normal que dos chicos estuvieran hablando de depilación y de ayudar el uno al otro a rasurarse el pubis, pero algo dentro de mí, algo muy profundo quería continuar, ver a dónde llegaba todo esto, ver que podía descubrir. Así que me arriesgué. -Sí, solo esta vez. Prometo no molestarte más con este tipo de cosas porque son incómodas. -No, para nada-me dijo sonriendo-, ¿tienes un rastrillo? Le di uno nuevo y crema de afeitar común y corriente. Pensé que lo haría primero él para mostrarme como se hacía, pero no fue así, sino que se acercó a mí y me bajó el speedo negro poco a poco, rozando mi miembro dejándome sin respiración. Me quedé helado, sin poder hablar. Se hincó. Sus manos eran tibias. Se colocó un poco de crema en ellas y la esparció por mi ingle y sobre mi miembro de manera delicada, como un masaje. Yo no sabía qué hacer o que pensar. Pasó el rastrillo muy ...

... suave sobre mis vellos y los rasuró. Mojó las hojas para quitarlo y comenzó de nuevo. Cuando llegó a mi escroto, se acercó más. Su cara casi tocaba mi pene que, a mi pesar, se hacía cada vez más grande. Segundo strike. Sentía el palpitar de mi corazón en mis oídos. Cuando terminó de rasúrame el saco, vi que de mi pene salía un liquido tranparente, no mucho, pero sí se notaba. Cuando Tom lo vio sentí que mi mundo se acababa, pensaría que soy un maricón y que me prende que un hombre me tocara. Me miró a los ojos con su melena rubia y me di cuenta de sus ojos azules claro, como los míos y de su fina nariz. Sin dejar de mirarme beso mi erección y con su lengua quito el líquido transparente. Mi mente se hundió sin poder moverse en un océano negro y agitado de emociones. Tomó un pañuelo y limpio lo que quedó de la crema de afeitar y me subió de nuevo el speedo. -Creo que será mejor que me vaya. -Sí, creo que sí. Temblando lo acompañe a la salida. -Nos vemos en clase. Cuídate mucho, por favor-alcance a decirle antes de que se fuera. -Nos vemos. También cuídate. Cerré la puerta y me fui a mi cama. ¿Qué acaba de ocurrir? Me pregunté. Mi celular sonó de nuevo. La foto de mi novia salió en la pantalla y una tormenta de pensamientos y emociones me invadió. Pulsé "Ignorar Llamada".