1. Belinda


    Fecha: 25/05/2023, Categorías: Voyerismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... de postura, Belinda juntó las piernas para desprenderse del tanga volviendo a separarlas para mostrar su concha en todo su esplendor. Germán comentaba que estaba pensando en cómo moverse para poder ver perfectamente a su hermana desnuda pero una vez más tuvo suerte librándose de tener que moverse, con el consiguiente riesgo de ser visto, puesto que fue su hermana la que se movió para situar sus nalgas al filo del sofá.
    
    De tal forma al parecer Germán tuvo una plena visión de los labios vaginales de su hermana, que según sus indicaciones estaban con los pelos recortados y con una forma recortada de triangulo en su vientre. Si bien podía verlos Germán quien pudiera haberlos visto como aquel que estuviera recibiendo la video transmisión.
    
    Incluso contándonoslo a nosotros en la voz de Germán se notaba lo cachondo que le puso el ver como se tocaba Belinda, como con sus dos manos ella hacía por separar los labios exteriores dejando toda la superficie rosada al descubierto mientras que con un dedo estimulaba el clítoris, incluso Germán con sus propias manos representaba el como se tocaba ella con dos dedos en el clítoris mientras que con la otra mano se iba metiendo varios dedos dentro de sí. Suponemos que en la confianza de que debía de estar ella sola tras continuar un rato así subiendo poco a poco el ritmo de sus caricias Belinda no se cortó ...
    ... lo más mínimo a la hora de gritar cuando llegó al orgasmo, momento en el que se quedo totalmente relajada en el sofá mirando lo que fuera que hubiera en su pantalla.
    
    El hechizo por el que permanecíamos absortos en el relato de nuestro amigo se rompió por un momento cuando Germán hizo un alto para dar un trago a su cerveza refrescando su gaznate. Al volver nuestros pensamientos de la casa de Germán nos miramos los unos a los otros riéndonos estúpidamente pensando que lo que nos acababa de contar nuestro amigo no era más que una fantasía, aunque para adentro nos lo creyéramos a pies juntillas.
    
    Cuando por fin uno de nosotros le pregunto a Germán si aquello era verdad y que fue lo que paso después, nuestro amigo nos dijo que como siempre creyéramos lo que quisiéramos pero que lo que pasó después ni aunque no le creyéramos lo contaría jamás, tras lo cual nos sonrió pícaramente lo que hizo que todos rompiéramos a reír y siguiéramos bebiendo.
    
    Como comprenderán ninguna otra historia pudo superar a la de Germán aquel día, pero aunque fuera cierto que él jamás nos contó como terminaba su historia yo sí que tuve la ocasión de conocer más adelante lo que pasó y alguna que otra cosa más sobre esta historia de mi amigo, pero este fue su relato y deberá ser en otra ocasión cuando dé traslado de la segunda versión de la historia que llegó hasta mí. 
«1234»