1. La felicidad de un cuckold (2)


    Fecha: 10/05/2023, Categorías: Intercambios Autor: Lobo-y-Luna, Fuente: CuentoRelatos

    ... cariño, te has empalmado.
    
    -Es que verte en el agua y desnuda siempre me empalma.
    
    Nos fuimos para casa a la hora de comer.
    
    Estaba a mil desde que leí la conversación, así que en la siesta, le escribí a Kiyo y le comenté un nuevo plan.
    
    El siguiente día, saldría un rato y él llegaría en ese momento y estarían solos una hora o así. Le encantó la idea.
    
    Así fue, nos quedaba un día allí y en el que no volvíamos, así que llegamos a la playa y cómo todos los días, pero a eso de las 11 le dije:
    
    -Cariño, creo que voy a ir a por un preparado de mojitos ¿qué te parece?
    
    -Ahora? Vale, pero no tardes mucho.
    
    -No, en una hora como mucho estoy por aquí.
    
    De camino al coche le escribí:
    
    -Todo listo. Me voy. No le digas que yo te he escrito, quiero se salga de ella.
    
    -Voy para allá.
    
    Fui a comprar muerto de nervios. Deseando dejarles margen, pero deseando, a su vez, ver qué pasaba.
    
    Compré muy rápido y me esperé en el coche hasta que a los 50 minutos, ya no pude esperar más y bajé a la playa.
    
    Al llegar busqué la sombrilla, pero no estaba dónde la dejamos.
    
    Oteé y pude verla más orillada hacia unos de los lados, donde casi no se veía, junto a unas rocas.
    
    Me acerqué despacio. Sin hacer ruido y escuche gemidos flojos.
    
    Cuando alcancé a ver lo que sucedía, me excité una barbaridad.
    
    Estaban tumbados uno para cada lado de forma que la polla de él quedaba a la altura de su cara y su coño a la suya, pero no se estaban tocando.
    
    Ella abierta de piernas, ...
    ... se metía 3 dedos desde atrás y se lo abría para que él pudiese vérselo bien y movía las caderas adelante y atrás. Con la otra mano se pellizcaba un pezón, mientras sus ojos no dejaban de mirar su polla y se mordía el labio y se los mojaba con deseo.
    
    Él, se acariciaba la polla despacio, con firmeza, y la meneaba cuando llegaba a la base, para que ella pudiera ver bien, lo dura que estaba.
    
    -Que ganas tengo de comértelo, tienes un coño adictivo, nena.
    
    -Ufff, Kiyo, ufff. Espera un poco. Yo también me muero de ganas. Me voy a correr de mirarte.
    
    Se empezó a acariciar el clítoris y a mover más fuerte las caderas y se corrió.
    
    No pude aguantar más y me acerqué.
    
    -Hola, ya estoy aquí.
    
    -Hola.
    
    -Hola cariño, te estaba esperando, has tardado mucho.
    
    Y sin decir nada más, se acercó y se metió la polla en la boca. Nunca había visto tragársela tanto, en esa posición se la comió hasta la mitad, se puso hasta colorada, pero su empeño era comerse todo lo que pudiera.
    
    -Que mujerón tienes amigo. Te ha estado esperando. Estaba muy cerda, pero hemos aguantado, ahora, eso se acabó ya que estas aquí. Mira como tiene el coño, se ha corrido un par de veces, sólo de mirármela, así qué le voy a dar lo suyo.
    
    Y agarró sus nalgas y la movió hacia él. Y empezó a comérselo con ansia, ella empezó a gemir y a mover las caderas.
    
    Yo me senté en mi toalla, me quité el bañador y empecé a pajearme.
    
    No sé el tiempo que se pegaron así. Ella paraba de vez en cuando y le escupía, y la ...
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