1. Carolina la piernuda


    Fecha: 08/05/2023, Categorías: Hetero Autor: subtitulados, Fuente: CuentoRelatos

    ... riquísimo, no cabía del placer que me daba, su boca era una trituradora, succionaba mi verga hasta su garganta, la tragaba con fuerza, me mordía los testículos y le encantaba jugar mi escroto, era una mamadora de lujo.
    
    L: Dios, que rico lo haces, ¡uf!
    
    C: Mmm, sabes riquísimo, me encanta tu dureza, además el tamaño, ¡dios!
    
    Me dejo de mamar la verga y se acomodó en la cama, la tome de sus piernas levantándolas un poco y la penetre con fuerza, mi verga entro rico en su húmeda vagina, sus gemidos eran música para mí, me movía fuerte, ella lo hacía también, sentía como apretaba mi verga con su vagina, le besaba las tetas, le mordía le pezón, ella me arañaba las nalgas y me mordía le cuello, ¡que rico era estar dándole así!
    
    Levante sus piernas hasta que sus pies estaban en mi cara, los besaba y lamia mientras la penetraba en esa pose, me deleitaba besando y mordiendo esas piernas que tantas pajas me habían hecho hacer, ¡no podía creer que esa periodista exhibicionista estuviera gozando mi verga!
    
    Me empujaba fuerte, le doblaba las piernas hasta que sus rodillas chocaban con su cara, la embestía con todo, le apretaba sus tetas y las nalgas, mi espalda ya estaba toda lacerada por sus uñas, mi verga entraba y salía de su rica vagina, sus gemidos llenaban la habitación, sus perros ladraban, ¡pero el único perro que me interesaba era el integrado de ella!
    
    L: ¡ah, mami, que rico coges!
    
    C: ¡Tu lo hace s muy rico, tenía tiempo sin gozar así, agh!
    
    L: Como una reina ...
    ... como tu esta sin sexo, es un pecado, ¡yo te cogería diario!
    
    C: ¡Pues aprovecha y sigue así hoy, agh!
    
    Me acosté y ella subió a cabalgarme, lo hacía maravillosamente rico, mi verga era molida por un descomunal movimiento de pelvis y cadera, se dejaba caer de sentón en ocasiones y sus ricos movimientos me tenían durísimo, yo aprovechaba para acariciar sus piernas y sus tetas, las cuales apretaba con violencia, sudábamos de placer, mi sueño se estaba haciendo realidad y de una manera majestuosa.
    
    C: ¡Agh, papito que dura, me tienes loca uf!
    
    L: ¡Agh, nena, muévete, que rico lo haces, agh!
    
    C: ¿Te gusta?
    
    L: Muchísimo, uhm, que piernotas, que nalgas, ¡dios!
    
    C: ¡Agh, papi!!!
    
    Quería que nos e olvidara de mí, así que mis mejores actos los saque, pose rara y extrañas como ella casi en el suelo con la cabeza rosando el piso y yo dándole fuerte en un tipo de tijera improvisada, la típica cucharita levantando un poco su pierna para penetrarla con fuerza mientras devoraba su oreja y su cuello, sus tetas eran apretadas a cada embestida también, me senté en la cama y los sentones que me brindaba eran maravillosos, ¡estábamos haciendo un verdadero y rico acto sexual!
    
    C: ¡Papi que rico, me vas hacer venir, dios!
    
    L: ¡Toma, toma, vente, lléname de tu corrida!
    
    C: ¡AGh, dios, hummm!
    
    ¡Carolina se corrió riquísimo, sus movimientos parecían que se desvanecería, sus piernas temblaban, choros escurrían por nuestras piernas, yo seguía dándole con todo, estábamos parados ...