1. Serendipia


    Fecha: 22/04/2023, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Chicles, Fuente: CuentoRelatos

    ... que sus rodillas quedaran entre las tuyas. Vio lo que habías escrito y te dio instrucciones sobre cómo continuar. Así, tan cercanos, la temperatura de ambos ascendió conforme la solución del problema progresaba.
    
    —¿Ya ves que sí se puede? —te animó apretándote la rodilla con su mano y tú le sonreíste.
    
    —Claro que sí se puede— dijiste ensanchando la sonrisa y bajaste la mirada hacia la mano que, temblorosa, te acariciaba.
    
    —Bueno, eso es todo por ahora. Es necesario que hagas muchos problemas. En caso de dudas, además de acudir a las asesorías con mi ayudante, puedes venir conmigo.
    
    —Yo prefiero contigo... —precisaste y le diste un beso en la mejilla, antes de tomar tus cuadernos. Al levantarte, pasaste tu pecho a unos milímetros de su cara y él pudo aspirar a plenitud el aroma que despedías.
    
    Ese semestre habías elegido tres materias, todas ellas eran obligatorias. En cada una siempre hubo quién te resolviera las dudas personalizadamente. Era común que las mujeres vistieran pantalón de mezclilla, tú contrastabas por usar falda o vestido, pero en el asiento tus posiciones eran iguales a las que cómodamente tenían tus jóvenes compañeras: poniendo uno de los pies sobre la banca de adelante, abrías las piernas, te sentabas sobre una de ellas, etcétera, como si también trajeras pantalón. Sin embargo, cuando llevabas pantalón, lo acompañabas de una playera ajustada y sin usar sostén, pero esas veces te sentabas en la fila delantera. El semestre terminó con un ocho y ...
    ... dos nueves, que se tradujeron a una “B” y dos “MB” respectivamente. Las calificaciones no reflejaban tanto lo aprendido como el esfuerzo que dedicaste a las materias; claro que eso no era lo que pensaban tus condiscípulos.
    
    Al semestre siguiente, donde llegabas a la mitad de los créditos de la carrera, incluiste obligatoriamente una materia del área de física, deberías aprobar ésta para tener derecho a continuar con la segunda mitad del plan de estudios; por esta razón era una asignatura temida por muchos; no tanto por su dificultad académica sino que, a más de la mitad, les parecía intrusiva al programa de la carrera. El profesor era menor que tú, al menos en cinco años. Desde la primera clase te diste cuenta de la gran dificultad que tenía para apartar la mirada de tus piernas, así que, para no importunarlo, te sentaste con mucha propiedad —excepción hecha cuando deberían realizar de manera individual algún ejercicio, allí no había problema en aportarle algo de distracción—. Tus primeras calificaciones fueron bajas, aunque aprobatorias; sin embargo, al tener más obstáculos en la comprensión de la asignatura, le solicitaste ayuda, que obviamente te dio invitándote a su cubículo. A la tercera sesión de asesoría, la cercanía era muy íntima cuando te guiaba en la solución de un problema.
    
    —Aquí debes hacer el producto vectorial antes de efectuar la integración —te precisó, acercándose por tu espalda extendió su mano sobre lo que escribías y colocó su mejilla junto a la ...
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