1. Escarmiento


    Fecha: 07/04/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Mans era un hombre de mediana edad y estatura, pelo corto y un cuerpo delgado, pero bien cuidado. Estaba amarrado a unas cadenas que colgaban del techo y no se podía mover. Se encontraba completamente desnudo, con su pequeño miembro flácido colgando entre sus piernas al igual que sus dos pelotas que colgaban como un péndulo.
    
    Abrió los ojos y lo primero que vio fue a una mujer examinando su teléfono móvil mientras esbozaba una sonrisa, algo estaba viendo. Al mover sus ojos, se percató de que este ya se encontraba despierto.
    
    -Hola, ya has despertado-dijo ella.
    
    Era una mujer alta, fuerte, con una larga melena rubia que se movía cuando meneaba su cabeza. Tenía el cuerpo de una modelo, era espectacular. Sus pechos no se veían debido a que iba enfundada en un traje de cuero azul. Pero los pezones se marcaban haciendo que el hombre se hiciera una idea. Sus caderas eran finas, piernas largas y todo depilado. Llevaba unas botas de tacón alto que resonaban con sus pasos.
    
    -¿Qué estoy haciendo aquí?-preguntó.
    
    -Según parece has violado a unas cuantas mujeres-dijo sacando una carpeta y echando una ojeada.
    
    -Eso...no es verdad-mintió al verse en aquella situación-¡sueltame!-ordenó.
    
    La mujer suspiró largamente mientras daba cerraba la carpeta provocando un sonoro ruido en la sala. Era grande, gris y solo había una puerta. Estaba insonorizada.
    
    -¿Por qué lo hiciste?
    
    -Yo no hice nada
    
    -¿Seguro?
    
    -Por supuesto-dijo.
    
    -Mmmm, en principio te creería. Porque con ...
    ... esto-agarró su pequeña polla-no es que se pueda hacer mucho.
    
    Eso enrabietó al hombre quien se vio herido en su masculinidad.
    
    -Deja que me vaya, no quiero estar aquí-comentó.
    
    Ella deslizó su mano hacia sus huevos, los acarició, palpando ambos. Primero uno, y luego otro. Sentir sus manos era increíble y enseguida su pene fue haciéndose un poco más grande y duro.
    
    -He visto fotos de tu acto, has violado a esas mujeres y ahora debes pagarlo-dijo.
    
    -¡Ya te he dicho que no he hecho nada maldita zorra!. Además...¡ouhh!-el empeine de la mujer le dio de lleno por la espalda justo en sus huevos haciendo que la fina masa se subiera al abdomen.
    
    -No deberías insultarme en tu situación-dijo entre risas.
    
    Escuchó un ruido y vio como abría una pequeña maleta, aunque no pudo ver nada de su interior. Esta sacó un látigo. Y pronto, comenzó a azotarle en las nalgas, una tras otra ante los gritos de Mans que pedía clemencia.
    
    -¡Arhhh, basta, basta por favor!-rogó llorando.
    
    -¡Lo dejaré cuando me salga del coño puta polla pequeña!-aumentó el ritmo pero esta vez en la espalda y luego volviendo a las nalgas hasta que se quedaron del color de un tomate.
    
    Cuando paró, el hombre lloraba y suspiraba aliviado. Aunque el dolor estaba ahí y tardaría tiempo en irse.
    
    -Bien, vamos a por el siguiente castigo-dijo jalando a este de su cabeza.
    
    -Ya le he dicho...hic, que yo...hic...no he hecho nada malo-lloraba y eso lo único que hacia era provocar la risa en ella.
    
    Pero la mujer no ...
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