1. Memorias inolvidables (Cap 9): Comprometidos hasta la muerte


    Fecha: 22/03/2023, Categorías: Gays Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... Eduardo seguía masturbándose y José extendido ya en el suelo debajo del escalón. Eduardo se puse a masturbar sobre José y le echó todo su esperma en el pecho. Lo vio el último que había entrado que también se masturbaba y se acercó igualmente a derramarse encima de José. Luego acudimos mi compañero y yo, así es que estábamos los cuatro masturbándonos sobre José. Eduardo se corrió de nuevo y luego mi compañero, a continuación el otro y después yo, pero seguíamos masturbándonos para que no se bajaran nuestras pollas y poder eyacular de nuevo. Mientras, Eduardo se estaba mamando la polla de José que no tardó en reventar. Me agaché junto a Eduardo y nos comimos los jugos de nuestro amigo. Mi compañero y el otro intruso, metieron sus pollas en la boca de José y se volvieron a correr. José no pudo con las dos corridas casi a la vez y llenó su cara de lefa. Me levanté para darle un beso y compartir su banquete. Los dos intrusos se pusieron debajo de mí para hacerme correr y lo consiguieron repartiéndose la lefa.
    
    El cansancio y el calor seco de la sauna nos dejaron aplatanados con ganas de descanso sin dormirnos y nos levantamos los cinco. Comenzamos a ...
    ... besarnos y me dije; «si esto sigue así, volvemos a comenzar», por tanto me deshice de los besos, salí y me siguieron todos. Directamente me metí en el jacuzzi, dentro de una ducha, rápidamente me quité los restos de semen y entré en el jacuzzi de agua fría; los cuatro me imitaron y se metieron a la ducha rápida y dentro de la poza. Fue entonces cuando los cinco, yo en una de las esquinas curvadas y dos a cada lado, comenzamos una conversación muy agradable. Nos felicitamos por lo bien que lo habíamos pasado. Y los dos compañeros nos dijeron que ellos se quedaban un rato más a ver que caía. Nosotros dijimos que nos íbamos y Eduardo añadió:
    
    — Como somos los tres novios, lo nuestro no acaba nunca.
    
    Aquellos se quedaron extrañados y nosotros tres nos besamos a una dentro aún del agua. Salimos para ir a las duchas cogidos los tres por la cintura. Se nos quedaron mirando, mientras salíamos a las duchas de los vestuarios. Nos tumbamos un rato en las literas para que todo el sudor saliera de nosotros y volvimos a ducharnos y secarnos para irnos a cenar. Hambre había. Después de la cena ya habíamos hablado que teníamos que ir a acabar bien la jornada. 
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