1. Memorias inolvidables (Cap 9): Comprometidos hasta la muerte


    Fecha: 22/03/2023, Categorías: Gays Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... párteme por la mitad y préñame con tu leche.
    
    Eduardo, obediente y lleno de amor, se lanzó con pasión extrema a follarme sacando su pene primero hasta la mitad, pero más tarde lo sacaba del todo y lo volvía a meter de una sola embestida. Yo notaba todo su roce dentro de mí, sentirme lleno, sentirme vacío y necesitado, pensé que estaba necesitado de tener a Eduardo siempre dentro de mí. Le amaba más, si cabía y eso podía ser posible. Golpeaba el fondo y sentía corrientes electrizadas en mi cuerpo cuando rozaba la pared de mi próstata y lo que tenía que ocurrir ocurrió. Nos corrimos los dos al mismo tiempo, Yo sobre mi abdomen y pecho, llegando algún chorro a la cara de Eduardo. Eduardo se corrió dentro de mí y me sentía lleno de mi amor, lleno de mi Eduardo, como si él fuera mi alma manifestándose. Se dejó caer sobre mi pecho y quedó mi semilla entre los dos, mientras me besaba yo intentaba lamer a espacios mi semen de su cara. Luego nos convidamos con un beso con todas las de la ley. Habíamos pasado mucho tiempo ambos desnudos, el uno para el otro y nuestros deseos de amar y ser amado se iban cumpliendo.
    
    Quisimos amarnos entre nosotros varias veces. Conseguí que Eduardo me follara tres veces que yo consideraba que era lo que me podía satisfacer, sin cerrar las puertas de mi deseo de Eduardo. Mi amor me suplicó que lo follara y me fue difícil pero no imposible, porque tuve que preparar ese culo tan rico, bonito, sin arrugas, totalmente fino, pasaba el tiempo y no le ...
    ... veía ni una arista o línea que diese inicio al fruncido, estaba rico de verdad, bonito, sin pelos, bien depilado. Me lo comía como el mejor de los alimentos, cuando metía lengua junto con los dedos. Y después de larga operación, se puso en cuatro, me levantó su culo y me mostró el agujero impaciente. Fui penetrando poco a poco sin intermisión. Eduardo no se quejaba y me parecía raro:
    
    — Amor, ¿te duele?
    
    — No; sigue, tu polla parece seda.
    
    Seguí hasta meter toda mi polla y luego inicié el mete y saca hasta que obtuve la oportunidad de premiar el amor de Eduardo con mi leche. Permanecimos un rato abrazados mirándonos sin decir nada, la cara de Eduardo era un espectáculo de satisfacción y alegría. Se lo dije y me comentó:
    
    — Si te vieras la tuya, sabrías que te siento igual.
    
    Cuando nos tranquilizamos y nos sentimos satisfechos, nos duchamos. En la ducha le di una mamada y quiso emularme. Ambos nos corrimos juntos bajo el agua. Nos vestimos y salimos en busca de José que nos esperaba para dar un paseo. Entendimos que quería ser el novio de los dos y estuvimos dispuestos a complacerle.
    
    — Os estaba esperando, —fue el recibimiento de José.
    
    — Eso ya lo sé, pero qué quieres decir, —replicó Eduardo.
    
    — Que estoy todo el día nervioso y quería invitaros a ir al sauna, os llevo en mi coche y luego venimos a mi casa, —propuso José.
    
    — Cenamos en casa, —dijo Eduardo.
    
    — No, que mi abuela ha preparado una cena fría para los tres para cuando regresemos.
    
    — Anda, pues, ...
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