1. Negruras existenciales


    Fecha: 17/03/2023, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Thotem, Fuente: CuentoRelatos

    ... les echaba vitores a los striper, Ante la estupefacción de Pamela el principal striper se desnudó por completo y jugo con su polla hasta que estuvo erecta, se acercaba a las mujeres, alguna la tocaba, otras un pequeño beso, pero al llegar a Vanesa la engulló con ganas. Al final Vanesa quiso acompañar el striper a su casa, allí él hizo hincapié que le esperaba su novia, y se lo agradecía de veras que pudieran acompañarlo.
    
    No tenía más de 25 años, era musculoso, vigoroso, rapado; en el local Pamela había podido ver su gran polla. Pamela conducía, Vanesa detrás con el stripper. Al poco rato Pamela pudo observar por el retrovisor que su amiga aplicaba una mamada al joven, lo hacía con ganas, hubo suspiros por parte del stripper, a ratos cogía la polla con la mano y daba golpes a la cara de Vanesa. Se tensó el miembro cogiéndolo por el glande enseñando los testículos, Vanesa entendió el significado de esa maniobra, que no era ni más ni menos que una succión testicular. Aplicada Vanesa engulló testículo por testículo de forma sonora.
    
    — Como se nota que tienes ganas de polla, las maduras sois muy putas. Aprovecha y flípala — dijo el stripper mientras miraba el retrovisor del coche sabiéndose observado por Pamela.
    
    La mano del joven ya dedeaba el coño de Vanesa, Pamela podía oír la sonoridad del chapoteo del coño de su amiga, se sentía excitada, con nuevas sensaciones. Iba dando rodeos por las calles, casi se salta un stop.
    
    — A la una tengo que estar en casa, apresúrate ...
    ... nena, te quedan 20 minutos. Aquí no tengo sitio para moverme, tendrás que matarte tu sola arriba como puedas — dijo el joven al mismo tiempo que sacaba un preservativo de su sus pantalones bajados.
    
    En un alarde de frivolidad que ni ella misma se conocía, Pamela dijo:
    
    — Veo que vas preparado.
    
    — Sí, suelo tirarme a mucha tía y no sabes nunca que guarra te va tocar — dijo al mismo tiempo que se ponía el condón a una mano, con estilo y soltura.
    
    Pamela quería guardar las apariencias y aparco en un aislado lugar de una calle solitaria. Vanesa se reincorporo, se subió el vestido y aparto el tanga. Apuntalo el glande a su coño y se dejó caer sobre él, se movió en círculos y empezó un boteo de arriba abajo. Pamela podía ver como la polla entraba y salía del coño de Vanesa, la viscosidad del tronco de la polla delataba que Vanesa mojaba de lo lindo. Lo disfrutaba. Empezaron los chof, chof, chof sonoros de la jodienda, el joven le cacheteaba las nalgotas grandes y fuertes a Vanesa, las estrujaba, cipoteaba para arriba, jadeaban.
    
    — ¡Flípala, so puta! ¡Eres una puta guarra! ¡oh, oh, oh! ¡Qué manera de cabalgar! ¡oh, oh, oh!
    
    — ¡Me voy…! ¡me voy a…! ¡Me Vengo! —dijo Vanesa.
    
    Bufidos, estertores, respiración jadeante. Pamela no pudo evitar dedearse su coño ante tal exhibición, no se conocía a si misma, nunca había visto tal exhibición de descaro, ella que solo había follado con su marido. Eran sensaciones potentes.
    
    Vanesa en los últimos boteos se la clavaba toda, los ...
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