1. Negruras existenciales


    Fecha: 17/03/2023, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Thotem, Fuente: CuentoRelatos

    Doña Pamela Sonsoles Espionsa era una señora que había venido a más, su marido había logrado una posición privilegiada en los negocios de basuras reciclables con camiones ecológicos de alto tonelaje, eran los Volvo FH16. Todo el negocio iba viento en popa, que se dice. Don Arturo, el marido, a sus 56 años era el ejemplo de empresario de recogidas selectivas de basura orgánica por excelencia. Personas que se habían hecho a si mismas, doña Pamela mismo empezó limpiando y barriendo retretes, desde luego era un historial que no quería en su curriculum.
    
    Hacía 10 años de su bonanza económica y empezó a frecuentar la sociedad más selecta, digamos. Doña Pamela era 10 años más joven que su marido, se conocieron en un vertedero municipal. De eso ya habían pasado 24 años, él era conductor de camión (el Pegaso 345-6 de resistencias manuales) que descargaba toda la basura orgánica habida y por haber. Doña Pamela ya le vio a Arturo ese aire inteligente y emprendedor. Congeniaron nada más verse. Al cabo de 24 años, ella no se había equivocado, era la señora de un empresario, con dos hijos que aún sin haber terminado sus estudios habían dejado el instituto para formar parte del negocio.
    
    Pamela, los primeros años de su economía en auge había aprendido a vestirse, se cuidaba, de hecho iba al gimnasio, se sentía una mujer moderna, incluso había leído dos novelas sin ilustraciones enteras; en una palabra se sentía inteligente. Era una mujer de estatura generosa, de hecho sus 172 cm le ...
    ... daban ese aire de seguridad cuando estaba con la otra gente; de cara afelinada angulosa, pómulos marcados y boca sensual; era una mujer de cuerpo voluptuoso pero proporcionado, su marcado trasero y grandes pechos con una pequeña cintura le daban ese físico de mujer con curvas; su carne era prieta sin signos de celulitis. Estaba orgullosa que a la edad madura y con dos partos conservar dentro de la medida su cuerpo.
    
    Pamela hacía cinco años que había cambiado su vida sexual, cuando contaba 40 conoció a Vanesa en el gimnasio, una mujer de su edad también esa conversación aún la tenía en mente.
    
    — Esta noche salgo, si quieres venirte, así no te aburres con tu marido de viaje y eso — dijo Vanesa.
    
    — Bueno, no sé… donde podríamos ir, por ahí, dos mujeres casadas… — contesto Pamela.
    
    — Qué moralista eres, mi marido tiene turno de noche en el hospital y quiero aprovechar — dijo Vanesa.
    
    — ¿Qué es lo que vas a aprovechar?
    
    — Ir a un local de stripers man, boys
    
    — Nunca hubiera creído que tú… — contesto Pamela
    
    — Pues si, de tanto en cuanto me hago algún homenaje, y tu deberías hacerlo, no creo que tu marido te tenga muy bien servida.
    
    — Bueno, él está ocupado, el negocio… — contesto Pamela.
    
    Esa noche salieron y acudieron a uno de esos locales, ante la estupefacción de pamela los striper bailaban con movimientos sensuales y provocativos, cuerpos esculturales, Pamela se sentía incomoda y al mismo tiempo atraída; Vanesa por su parte estaba en su salsa, aplaudía, miraba, ...
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