1. Ana y su pago del alquiler


    Fecha: 12/03/2023, Categorías: Hetero Autor: salieri, Fuente: CuentoRelatos

    ... verga fuera, y algo en la otra mano que no supo que era. No tuvo mucho tiempo para pensar cuando sintió que Luís le abría las piernas y se las levantó quedando completamente tumbada en el sofá. Luís colocó su cabeza entre ellas y con una precisión milimétrica, comenzó a lamer el clítoris de Ana. Con el primer movimiento, Ana dejó escapar un fuerte gemido. Con la lengua fue recorriendo cada uno de los pliegues del pubis, separando cada de las láminas de piel. Ana gemía y le costaba mantener el móvil enfocada en su cámara. Luís continuó jugando con su lengua mientras comenzaba a meter su primer dedo. Notaba como la humedad de la lengua recorría su clítoris y labios mientras el dedo corazón entraba y salía. Ana comenzaba a retorcerse en el sofá mientras desde el otro lado de la llamada, Bernardo la animaba a gemir acabando todas las frases en puta o putita. Después del dedo corazón llegó el anular, y Luís aumentó el ritmo. Ana gemía, arqueaba la espalda y cerraba los ojos de placer. Intentaba cerrar las piernas para empujar a Luís más adentro. El cabrón que se había corrido en su garganta, estaba cumpliendo con creces. El tercer dedo no tardó en caer y a la pregunta recurrente de Bernardo: ¿eres mi puta, Ana? Ella comenzó a responder que sí entre gemido y gemido.
    
    El ritmo aumentó de forma vertiginosa empujando con la mano que tenía libre la cabeza de Luís. Esos minutos de auténtico placer estaban cambiando la imagen del casero pero tampoco podía pensar mucho más. Bernardo ...
    ... continuaba preguntando y ella siempre respondía con un sí cada vez más entrecortado. Del otro lado del altavoz se escuchó la voz de Bernardo: “Para ya está. No hace falta que la puta acabe” y sin más espera, Luís dejó de mover sus dedos, los sacó y se volvió a poner al lado de Ana. Ella no entendía nada, estaba a punto de llegar al orgasmo, uno de los orgasmos más ricos que estaba teniendo y todo se había acabado. Parecía que había estado en un sueño y que de repente se había despertado. Pudo ver que Bernardo se había corrido y descubrió que aquello que sostenía Bernardo era una foto de los pies de Ana. Ana volvió a sentir algo de repulsa por los dos. Luís volvió a esbozar su risa burlona, sabía perfectamente lo que había hecho y ahora parecía que no iba a darle una explicación. Al final, Bernardo comenzó a hablar:
    
    - Muy buena putita Ana. No pensarías que te íbamos a dejar acabar. A las zorras como tú, no les damos opciones. No eres especial, tan solo una más. Realmente, eres algo más que el resto por tus pies y por lo que he visto esta tarde. Luís me ha comentado que necesitas trabajo para pagar unas deudas que tienes con él, y yo tengo trabajo que te puede interesar… en vista de tus actitudes.
    
    Ana aún estaba enfadada por lo que había sucedido, pero sabía que no tenía más opción.
    
    - Tengo un local para gente con dinero. Irás a trabajar todas las noches. No te preocupes, nada sexual. Solo bailes y algún reservado con tus pies. Lo que hagan los clientes con ellos, será ...
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