1. Adicta a mi cuerpo


    Fecha: 09/03/2023, Categorías: Voyerismo Autor: Erothic, Fuente: CuentoRelatos

    ... Tenía los brazos grandes y marcados, con algo dedicación y una buena dieta tendría un buen cuerpo. Muy diferente a su esposa, quien no se levantaba de su silla de plástico ni por peligro de muerte. Se veía mal, demacrada, descuidada, sin arreglarse y quizá hasta sin bañarse. Era obesa y de mal aspecto, más bien fea diría yo.
    
    El hombre muy amable se ponía con toda la disposición de ayudarme con mi compra. A penas llegaba me di cuenta que me miraba con deseo, con perversión, seguramente habría notado mi estado y mi forma de vestir, casi seguro estoy que no había visto una mujer así como yo de tan cerca en mucho tiempo.
    
    Desde luego eso me encantaba. Disimulaba, pero no podía evitar insinuarme e incluso coquetear con el desconocido. En esas estaba cuando encontré un modelo que me gustó mucho, sin titubeos pregunte por él. Amablemente el tendero me lo acerco para que lo pudiese ver mejor.
    
    Se trataba de un top naranja de licra que tanto me gustaban usar. Lo miré por todos lados segura de que me lo compraría, pero entonces se me descarrilo la mente.
    
    Quizá era por la cerveza, quizá por la tremenda calentura que me cargaba, o quizá por el lugar tan privado en el que apenas se lograba ver a las personas desfilar fuera del puesto ambulante, entre los montones de ropa colgados por doquier, pero en ese instante se me ocurrió preguntarle a aquel hombre si me podía probar la prenda.
    
    Aunque un poco asustado y asombrado el tendero me aseguró acertando mi propuesta. Estaba ...
    ... como loca, sabía que debajo de aquel vestido no llevaría nada más, pero era justamente esa idea de desnudarme frente a aquel hombre casado, quien no paraba de voltear a ver a su esposa a pocos pasos de nosotros en aquel lugar público, lo que me tenía tan excitada.
    
    Entonces me di media vuelta para darle la espalda al vendedor y sin más me bajé los tirantes de mi vestido, dejándolo caer hasta el suelo. A continuación me puse el top y me subí el vestido hasta mi cintura para darme vuelta de regreso frente al afortunado buen hombre.
    
    Su expresión era de total asombro, quizá no había visto más que mi trasero desnudo, pero había sido suficiente para ponerlo a temblar como perro faldero. Era justo de lo que estaba hablando, esa expresión, ese semblante, la mirada, la sensación de tenerlo a mis pies y poder botarlo como si nada. Eso me embriagaba más que cualquier bebida. Me declaro adicta a esa sensación de poder, control y sumisión.
    
    Saber que el pobre no podía siquiera intentar nada con su esposa a unos pasos, se le veía como perro hambriento atado a una cadena mientras le enseñan una jugosa chuleta y un par de pechugas firmes y sabrosas frente a él. Eso me excita más que cualquier cosa en la vida.
    
    Entonces le pregunté qué tal se me veía. El pobre apenas podía hablar para decirme que me veía hermosa, completamente excitado al ver mis grandes tetas en el pequeño y apretado corpiño deportivo, sin dejar de revisar a su vieja y descuidada esposa quien se perdía en su teléfono ...
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