1. Conociendo a la Maestra de mi Hijo


    Fecha: 12/02/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... provocó en mi una sensación como de querer orinar, junto con mucho libido que solamente dejé liberar, mis pupilas se dilataron hasta cerrarse mis ojos por completo, mis gemidos se extendieron y mi vagina se derritió en un gran chorro de jugos que prolongó el orgasmo de Isabel de una forma radical, y que hizo que en mi, hizo que perdiera los sentidos por cierto tiempo hasta hacernos temblar del maravilloso placer que extasió nuestras deliciosas vulvas.
    
    Poco a poco, fuimos recobrando nuestras fuerzas, yo me acerque a Isabel, quien parecía dormida, quizá hasta inconsciente, observé la carnosidad de sus labios, y la besé tiernamente, a lo que no tardó en corresponder, y probablemente por la dopamina comenzamos a reír de forma nerviosa al ver nuestros cuerpos desnudos; mientras nos seguíamos besando, y riendo, escuchamos pasos subiendo las gradas lentamente y voces conocidas. Isabel no tardó en ponerse de pie, e hizo que me levantará de inmediato; yo me coloque los tirantes muy rápido, acomodé mi vestido desenrollando la orilla mientras veía a Isabel colocarse la ropa de forma acelerada; las voces se fueron acercando, y yo no encontraba mi tanga por ningún lado, cuando escuchamos que tocaron la puerta del salón de clases, al mismo tiempo que Isabel se terminaba de colocar la blusa. Tuve que olvidarme de la ...
    ... tanga y fui a abrir la puerta, mientras Isabel se hacía una cola y de limpiaba el sudor, pero las maestras que tocaban la puerta, por suerte se concentraron en una estantería rota del salón de al lado, lo que nos dio tiempo suficiente para que Isabel colocará ambiental y yo pudiera levantar las alfombras mojadas por nuestros fluidos. Cuando la directora y la otra maestra salió del otro salón se dirigieron al salón donde estábamos y antes de que entrarán pise mi tanga por pura coincidencia y rápidamente me agaché a levantarla y la coloque dentro de mi bolso al mismo tiempo que las superiores de Isabel interesaban al salón para preguntar qué hacíamos allí, rápidamente Isabel respondió que bajaríamos una mesa, a lo que le dieron poca importancia y volvieron a bajar.
    
    Al bajar no dijimos una sola palabra, nos sentimos nerviosas, y nos separamos de inmediato, yo llamé a mi marido para saber dónde andaba y al llegar al lugar mis hijos me dijeron lo mucho que me extrañaron durante media hora o más. Un momento después cuando íbamos de regreso, mi marido vió la tanga en mi bolso, y pregunto, queriendo indagar con su propia mano mi coño, rápidamente le aparte su mano y le dije que me había venido mi regla y llevaba otros calzones por cualquier accidente; mi marido ingenuamente creyó lo que dije y no se habló más del tema. 
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