1. Hipnosis (Parte 3): Prólogo


    Fecha: 05/02/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Soficas56, Fuente: CuentoRelatos

    ... hmmm… sigue –le insistí, con mis manos sobre sus hombros.
    
    En eso, se detuvo, no sin antes embestirme hasta lo más interno de mi cuerpo. Agarró mi teléfono otra vez y me lo dio. Automáticamente lo desbloque, esperando órdenes.
    
    –Vamos a mandarle un video a tu novio – me explicaba. –Lo vas a grabar tú. Y le vas a decir que estoy cogiéndote como él nunca lo ha hecho y que te encanta mi verga. –ya tenía mis instrucciones.
    
    Entonces obedecí… abrí mi App de chat, donde tenía mi conversación con mi novio. En línea, decía el encabezado. Entonces comencé a grabar directamente.
    
    –Hola amor, perdón por no contestar –le decía sonriendo a la cámara. –estoy con mi amigo –no quería revelar nombres – me está cogiendo amor, tiene la verga más grande que tú, me fascina – le decía. Había cumplido con mi misión… pero… y, ¿si llegaba más lejos? –amor… no tenemos condones, me lo hará así, y quiero que me terminé dentro, perdón –Manuel se sorprendió, no esperaba que hiciera eso. Tal vez creyó que incluso eso era algo duro. –Mira amor – entonces acerqué el celular a mi vagina, para que pudiera observar el momento de la penetración. Manuel entendió rápido, sacó todo su pene, se veía imponente, y de pronto, lo insertó fuerte en mi y siguió bombeando una y otra vez. Regresé mi celular a apuntar a mi cara –¿ves, amor? Esta mejor que la tuya bebe… hmmm… ahhh… así… amooor… hablamos luego… hmmm… –y terminé de grabar. No podía sostener el celular por más tiempo, así que lo solté y me concentré en ...
    ... el placer que estaba recibiendo.
    
    –Ufff… si que eres puta, ojalá termines al pendejo ese –me dijo orgulloso.
    
    –Hmmm… aah… –ustedes interpreten mis gemidos.
    
    Qué les puedo decir. Fue una noche increíble. No tardamos mucho en cambiar de posición. El se acostó y me hizo montarlo. Me movía como una loca, me sentía empalada, no podía calcular exactamente la profundidad a la que llegaba esta verga de macho. Nuestros gemidos inundaban la habitación. Manuel recorría todo mi cuerpo con desquicio. Pronto me coloco en cuatro, y al penetrarme, alcanzó una profundidad que no me imaginaba. Solo me preguntaba en qué momento me llenaría de semen. Pero no quería que terminara aún.
    
    Nos levantamos y me recargó sobre su mesita, mientras seguía penetrándome por detrás, marcando el ritmo tomándome de la cintura con ambas manos. Eran penetraciones fuertes, firmes, me trataba como hembra en celo. Como puta.
    
    Me llevó a su sillón, se sentó y yo me monté en él, de frente, dejándome caer encima de su verga. Me encanta esa posición porque mis senos siempre quedan a la altura de la boca de él. Y lo aprovecho, los saboreó enteros, intentaba meterlos a su boca por completo, sin éxito debido a su tamaño. Ya no aguantaba más.
    
    –Ya lléname… –le rogué.
    
    –Ya no aguantas, ¿verdad, puta? ¿Quieres que te preñe? –me preguntó.
    
    –¡Ya lléname! –le grité.
    
    Y sin demorar, los dos nos fundimos en un orgasmo infinito. Sentía los chorros inundándome. Por fin. Me sentía mujer. Me sentía usada, muy puta. Mi ...