1. Los polvos bajo las estalactitas


    Fecha: 28/01/2023, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Havelass, Fuente: CuentoRelatos

    ... trabajito en la playa.
    
    "Priscila, debo irme, ya sabes, las pateras"; "¡Quién me mandaría casarme con un poli!", rio Priscila.
    
    Así fue que Priscila se quedó a merced de los espectros esa noche de difuntos. Sin embargo, no fue un espectro el que finalmente la empotró e hizo de esa noche una noche inolvidable para Priscila y, quizá, el comienzo de lo que iba a ser su nueva vida.
    
    Vio al guarda frente a la puerta de la iglesia anglicana.
    
    "¿Busca algo señora?", interrogó el guarda; "Ay, no me trates de señora, aún no he llegado a los cuarenta", respondió coqueta Priscila, fijándose en los fornidos brazos del centurión y su mandíbula cuadrada; "¿Celebrando Halloween, verdad?"; "A ti qué te parece, ¿te gusta mi disfraz?", volvió a coquetear Priscila; "Me gusta más lo de dentro". Fue terminar de escuchar estas palabras y verse Priscila llevada en volandas por el forzudo hacia el laberíntico interior del cementerio.
    
    "Ay, aahh, ay, dame, más fuerte". Priscila gemía y gritaba tumbada sobre la lápida negra de una tumba del cementerio mientras el hombre, el guarda de seguridad, con los pantalones bajados hasta las rodillas, el culo blanco fosforescente en la noche encapotada de nubes, la follaba. Del disfraz sexy de Maléfica, a Priscila se le salían las tetas conforme la intensidad de las embestidas de Alberto eran mayores, pues también ...
    ... él, para excitarse más, con una mano libre, de vez en cuando, iba bajando la cremallera que cerraba el vestido desde el cuello hasta el pubis; de la minifalda estrecha apenas había rastros, confundida con la negrura de la lápida plana. "Aahh, oohh, aahh, córrete, no puedo más, córrete". El guarda sacó su polla del coño sombreado de Priscila, se irguió y, conservando el ritmo de la penetración, empuñó su miembro, y dando tres empujes de atrás a adelante del pellejo, se vertió sobre el vientre semidesnudo de Priscila: "Ougghh".
    
    Halloween acabó felizmente. Marisa volvió a disfrutar de la gorda polla africana de Mohamed, y éste de la tremenda calentura de ella; Cristina y Jesús dejaron de disimular, pues ya no estaban en público, y concibieron un hijo; Beatriz y Salvador se masturbaron el uno al otro y se durmieron tranquilos; y Priscila...
    
    "¿Quién habrá puesto este libro en la sección de novedades?", se preguntó en silencio Eduardo, el director de la biblioteca, ""Los polvos bajo las estalactitas", menudo tostón, pero lo tuve que escribir, y editar, y dejarlo en el sitio propicio en el momento propicio, oh, Priscila".
    
    "¡Priscila!", llamó el director, "debes quitar ese libro de ahí, no es una novedad", dijo; "Para mí sí, Eduardo, si quieres lo decidimos en tu despacho". Eduardo no pudo más que sonreír e indicarle con el brazo el camino. 
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