1. Carlos me intercambió con su mejor amigo


    Fecha: 22/01/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Alexa, Fuente: CuentoRelatos

    ... sabrosa!
    
    Me le fui encima, nos abrazamos, me besó, me desabrocho el pantalón y después me tomó por la cadera, me levantó en el aire y me sentó en el tocador, me lo quitó y yo abrí mis piernas mientras él admiraba mi microtanga rosa al mismo tiempo que la hacía a un lado para después tocar mi pubis bien depiladito.
    
    Desabrochó su cinturón y quitó sus pantalones hasta el piso, sacó su animal hinchadísimo nuevamente, le coloque un condón que de casualidad encontré en el cenicero de la habitación y fue ahí que me penetró por primera vez. Tuvo dificultades para hallar el camino, por lo que tomé su pitote con mis manos y la encaminé a la entrada de mi panochita, yo estaba tan mojada que no le costó ningún trabajo entrar.
    
    Comenzó a bombearme deliciosamente, muy lento y apretadito, mordía mis labios y masajeaba mis tetas, cerré los ojos y puse las piernas alrededor de su cintura, entraba y salía como todo un maestro, yo estaba en el cielo. Mientras me gozaba, por fin me quito la blusa y alcanzó mi bra y lo liberó, dejando libres mis tetas, que se movían al compás de la tremenda cogida que me estaba dando. Los capturó con sus labios y chupó hasta que se cansó de mis pezones, éstos se pusieron durísimos y yo alcancé mi primer orgasmo, ese recorrido eléctrico por todo mi cuerpo y que puso mi piel chinita, esas contracciones en mi cuquita se acrecentaron por la postura en la que me encontraba y un grito de placer salió de mi garganta mientras yo empapaba el tocador con mis ...
    ... jugos.
    
    Él no tenía para cuando terminar, y cuando se dio cuenta de que yo había tenido un orgasmo salió de mí y me cargó a la cama. Comenzó nuevamente a lamer mi vagina y acariciar mis piernas, yo me retorcía del placer, necesitaba un minuto y él no me lo daría.
    
    Quizás comenzamos no tan mal pero el orden no altera el producto, me dijo que quería que hiciéramos un 69, de un brinco me acomodé sobre el, avente el condón que le había puesto y comencé a darle la mamada más fenomenal que he dado en toda mi vida. Su lengua se paseaba por entre mis labios vaginales tocando de vez en vez mi clítoris, que al recibir estímulo, me provocaba una sensación de placer que me latigueaba desde la vagina hasta la espalda.
    
    Me retorcí de placer como no lo había sentido en largo rato, sentí tanto placer de estar en esa postura tan rica, que las ganas de ser penetrada me volvieron, me levanté, me di la media vuelta y me ensarté en su mástil dispuesta a cabalgar hasta tener otro orgasmo. En esa posición él me acercaba para besarme, mamar mis senos y con sus manos repasar mi trasero, mientras yo subía y bajaba presa de un placer indescriptible, pues su pito, a pesar de que no era más grande que el de mi Carlos, si estaba muchísimo más grueso, deliciosamente ancho, llenándome hasta el fondo.
    
    Yo gritaba de placer, gritaba, gemía y casi lloraba de lo rico que sentía, y mi reacción lo excitó aún más. En eso estábamos cuando me dijo que quería cambiar de posición. Yo me levanté y lo miré esperando ...
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