1. Jugando con mi cuñada


    Fecha: 17/01/2023, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... dio tiempo a ver que eran unas blancas que son bastante transparentes y llevan un lacito rosa en la parte de arriba. No es que me diera tiempo a ver todo eso tan rápido, sino que las reconocí de algún día que había llegado a su casa y ella iba con el botón del pantalón desabrochado y la bragueta bajada porque iba a cambiarse. Al tiempo que se sentaba, ella misma se dio cuenta con ese movimiento iba a dejar a la vista su entrepierna, por lo que me miró para, supongo, comprobar que yo estaba pendiente del móvil y no lo había visto. Nada más lejos de la realidad…Lo había visto y poco me importaba ahora lo que estaba haciendo con el móvil. Sólo quería saber qué más podría ver desde mi posición con total disimulo. Ana y Sara hablaban, de ir a la playa más tarde con los peques cuando llegara mi cuñado de trabajar y otro temas a los que no prestaba mucha atención. Al rato de estar hablando, se pusieron a ver la tele y empezaba una de esas películas de verano después de comer, por lo que la conversación se fue apagando y quedaron en silencio. No duró mucho mi mujer despierta, pero Sara seguía con los ojos abiertos y la cabeza apoyada en el brazo. Yo intentaba disimular como que seguía jugando y mirando cosas en el móvil pero tenía la mirada más centrada en la entrepierna de mi cuñada que en la pantalla del teléfono. Esperaba que se moviera a ver si conseguía ver algo, pero no había manera. Seguía en la misma posición todo el rato. De pronto levantó la cabeza hacia mí y rápidamente ...
    ... yo volví a mirar el móvil. Me preguntó que qué hacía que estaba tan enganchado al teléfono. Simplemente le contesté que echando una partida, sin dejar de centrar la mirada en la pantalla y moviendo los dedos de forma exagerada como si realmente estuviera jugando, cuando la pantalla realmente estaba apagada. Volvió a bajar la cabeza y al momento subió la pierna que tenía apoyada en el suelo y la flexionó sobre el sillón. ¡No me lo podía creer! Al subir la pierna, el vestido se le había subido hasta casi su cintura y no había nada que tapara mi visión directa hasta sus braguitas. Me empezó a latir rápidamente el corazón, tanto que pensé que lo escucharía desde su sitio. Me puse nervioso pero no me bastaba con lo que estaba viendo, no sabía si lo volvería a ver más, así que con mucho disimulo, puse la cámara del móvil en modo vídeo y empecé a grabar, mientras seguía disimulando como si jugara. No quería que me viera mirando, así que miraba a través de la pantalla de mi móvil. Hice zoom y pensaba en la cantidad de pajas que me haría viendo esas imágenes. Notaba como me empalmaba y al solo llevar un bañador corto, el bulto que se estaba formando era más que considerable. En ese mismo momento Ana se levantó del sillón, en el que se había quedado durmiendo y dijo en voz baja que se iba a la cama a descansar un rato, mientras no nos íbamos a la playa, que estaba incómoda en ese sillón. Al levantarse mi mujer, Sara se giró para mirarla y sonreírle como aceptación de su mensaje y a la ...
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