1. Mi jefa


    Fecha: 16/01/2023, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... el otro estaremos muy separados para poder hablar.
    
    -- Si, claro. Donde usted quiera…, donde tú quieras Silvia.
    
    Se sentó ella primero y yo hice lo mismo, intentando sentarme lo más alejado posible de ella, pero era difícil no rozarnos. Se sentó de medio lado, mirando hacia mí y con una pierna doblada debajo de su culo. Se subió el vestido, dejando sus rodillas y un poco de sus muslos al descubierto. Tenerla sentada de esa manera, tan cercana, espontanea y desenvuelta…me estaba excitando un poco. Pero mi cabeza me pedía que estuviera de mente y cuerpo muy frio…ERA MI JEFA. Y para colmo, seguramente todo serian imaginaciones mías.
    
    -- ¿Qué estas tomando? ¿Me pides uno para mi, por favor?...dijo Silvia
    
    -- Uffff, perdona Silvia, vas a pensar que soy un maleducado, pero tu presencia me ha alterado un poco. Y mi imagen tuya es la de ser mi jefa. Estoy hecho pequeño lio…
    
    -- Si te molesto, me marcho y el lunes me sigues hablando de usted, o me pides una copa y hablamos como dos amigos. Tú decides.
    
    -- Es un gin-tonic, ¿te apetece ?? ….le dije
    
    -- Claro que me apetece, la noche es joven. ¿No crees?
    
    Pedimos dos gin-tonic, y una vez nos los trajo el camarero, brindamos por esta nueva faceta que comenzaba entre nosotros dos.
    
    -- Sabes, una cosa Miguel. Hace ya un buen rato que te había visto. Pero como estabas con tus amigos no me atrevía a venir…dijo Silvia
    
    -- ¿Dónde estabas? ¿No estarás con tu marido, verdad?
    
    -- Jajaja…claro que estoy con Alberto, pero se ...
    ... pone muy pesado cuando se junta con sus amigotes y empiezan a hablar de sus cosas.
    
    -- Pero te echara en falta, y las mujeres de sus amigos ¿Qué tal?
    
    -- Que va, seguro que ni se ha dado cuenta de mi ausencia. Y las otras chicas, ni fu ni fa, un poco aburridas y al verte a ti, se me ha abierto el cielo…
    
    Diciendo estas últimas palabras, Silvia puso la mano sobre mi rodilla y se acerco un poco más. Instintivamente mire su mano. Este pequeño gesto de ella, quizás sin la más mínima importancia, me volvió a poner tenso y mi cabeza empezó a querer ver cosas que seguramente no eran así. Ella se dio cuenta de mi mirada hacia su mano, y en vez de retirarla, la subió un poco por la parte interna de mi muslo. Me acaricio suavemente el muslo y la volvió a poner en mi rodilla. Nos
    
    miramos los dos, al encontrar sus ojos, desvié la mirada, lo cual aprovecho Silvia para volver a poner su mano en mi muslo y se acerco hasta besar mi cuello. Su mano subió un poco más, hasta que noto mi pene, pasándola fugazmente sobre la tela del pantalón, pudiendo comprobar lo duro que empezaba a estar. Retiro la mano, se acomodo en la butaca y bebió tranquilamente un buen sorbo de su copa. Parecía que disfrutaba de esta situación.
    
    -- Me gustaría que pudieras ver tu cara…me dijo ella, con una amplia sonrisa en su rostro.
    
    -- Voy de sorpresa en sorpresa, no tengo tiempo de asimilar una cosa, cuando me sorprendes con otra de nueva…le dije yo.
    
    -- Eres mi jefa, estamos en un lugar público y además ...
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