1. Ojalá mi vecina fueras tú


    Fecha: 13/01/2023, Categorías: Voyerismo Autor: Homerdiablillo, Fuente: CuentoRelatos

    ... rato por si había algún cambio, pero dejó de comer y se sentó con un cojín en los brazos, cómodamente. ¡Esto es lo único que verás! me dije y supuse que sería mejor dejarlo.
    
    De repente se levantó, recogió los cubiertos de la cena, y los llevó, supuse que a la cocina. Bueno, por fin conseguí ver a mi amiga en tanga; me estaba alegrado más la vista.
    
    Volvió con algunas frutas en una fuente, comió unas fresas y se dejó caer en el sofá y se tendió reclinada hacía atrás con la cabeza apoyada al cojín, aquello era muy erótico para mí, ahora si tenía buena perspectiva y por primera vez envidié lo que cada noche tiene su chico. Continué mirando algún rato más.
    
    Ahora tenía las piernas un poco más abiertas, y el tanga había cogido la forma de su sexo. ¡Bien! pensé, esto se pone más interesante que cualquier película. De reojo miré para el televisor. Justo en el momento en que mi amiga se llevaba una mano a su tanga y los dedos se introdujeron debajo. Pregunte para mí en plan jocoso "¿te pica?". Aquello era algo más que un picor, pues se frotaba insistentemente. Esto sí que no me lo esperaba. Iba ser una noche fantástica, mi amiga se estaba masturbado delante de mis narices
    
    Empezó con suavidad, los dedos se clareaban a través de la fina tela y se notaba como buscaba por la separación de su raja, el clítoris. Yo la animaba mentalmente. Yo para entonces estaba tan empalmado que mi capullo iba a reventar, todo encendido, rozando la pared de la cual tenía que despegarme para no ...
    ... hacerme daño. Mi mano buscó mi verga empalmada y dura y la deslice por ella suavemente, ayudado con un poco de saliva, para que corriera mejor.
    
    Mi amiga paró, sacó la mano de su tanga y temí que hubiera terminado su masturbación, pero para mí satisfacción, levantando un poco el cuerpo, se quitó el tanga y me dejó ver toda la hermosura de su sexo, lucía los labios mayores bien afeitados, bien almohadillados que formaba como dos pequeñas lomas, pues no eran nada planos sino curvos y carnosos. De entre ellos sobresalía el hermoso botón de su clítoris, que adornaba como si de un broche se tratara.
    
    Se abrió de piernas y el clítoris se transformó en alero de tejado de la entrada de esa cueva cóncava que me invitaba a entrar y descubrir los más recónditos de sus secretos. Ahora la mano de mi amiga, se movía con más rapidez y su culo se movía en círculos, su cuerpo se levantaba de vez en cuando y otras veces, sus manos se ocultaban, apretadas por las piernas. Mi amiga se levantó y se fue a buscar algo. Imaginé que era mi mano y aumente la velocidad del masajeo de mi miembro, sube... baja... sube... baja.
    
    Cuando se sentó otra vez, vi había ido a la cocina y se trajo un helado. Esa manera de lamer ese helado de nata, como del mismo calor caían gotas blancas por su barbilla, lo estaba haciendo aposta, dejándolas caer hasta sus pechos, los cual cogía con una mano y lamia sus pezones. Ella suspiraba y se dedicaba a su sexo con la mano introduciendo hasta tres de sus dedos, que los ...