1. Ojalá mi vecina fueras tú


    Fecha: 13/01/2023, Categorías: Voyerismo Autor: Homerdiablillo, Fuente: CuentoRelatos

    Ocurrió una noche de abril. Me encontraba sólo. Así que me dispuse a pasar una noche aburrido, viendo un poco la tele. La verdad que no me atraía nada de lo que emitían esa noche, y me metí en internet.
    
    Mientras, me asomé a la terraza. Hacía una noche espléndida.
    
    Nuestro piso se encuentra unido al de unos amigos, más bien mi amiga y su chico, tiene una parte techada y otra más amplia con el cielo al descubierto, con un balcón donde tenemos plantadas flores en un arríate, pues, aunque nuestros pisos están juntos, no coinciden las escaleras de entrada. Por ese arríate, asomándose un poco se ve aparte de su terraza, las cristaleras y parte del salón. Pensé en pedirle alguna película, y me asomé a ver si estaban allí. Se veía luz en el salón, pero no había nadie, así que cogí el teléfono inalámbrico y llamé por teléfono. Sonaba cerca, pensé que el teléfono lo tendrían en la terraza y volví a mirar. Mi amiga salía en ese momento, llevaba una camiseta de tirantes blanca que no llegaba a cubrir su tanga, también blanco.
    
    Pegué un respingo hacia atrás, pues temí que me hubiese visto asomado por entre las ramas del jazmín que separa nuestras casas. Me contestó dulcemente, con un dígame que entrecortó mi respiración... Tengo que reconocer que me puso nervioso aquella visión, pues siempre pensé que mi amiga estaba muy buena, es una morena, y unas curvas insinuantes que le sienta muy bien lo que se pone.
    
    Pregunté por mi amigo y me dijo que esa noche quedó con los amigos del ...
    ... trabajo y llegaría tarde. Me excusé diciendo que no llamaba para nada importante, tan solo para preguntar si tenían alguna película para dejarme. Lamentándolo mucho, no tenía nada y que pensaba ver cualquier cosa de la tele. No me atreví a pedirle ver juntos la tele, pues me pudo más el pudor que el deseo. Así que le dije que no importaba y que me metería en internet.
    
    La noche avanzaba lentamente y el recuerdo de la visión en tanga de mi amiga no se alejaba de mi pensamiento, así que volví a mirar, asomando la cabeza por entre las plantas. Por fortuna, delante de nuestro edificio se extiende una frondosa hilera de árboles frutales y de hortalizas, por lo que no temí que otros vecinos me estuvieran observando.
    
    Asomado, con un poco de temor por si estuviera en la terraza. Vi que estaba sentada en el sofá mirando la tele mientras comía una ensalada. Seguía con la camiseta, pero solo le podía ver las piernas hasta las rodillas. Así que cogí la escalera de cuatros peldaños que tenemos para la despensa, y la coloqué en la terraza para asomarme mejor sobre la pared que separan nuestras terrazas, en la parte no techada que tiene. Desde allí, la visión era mucho mejor. Ella, comiendo, y la camiseta que dejaba entre ver sus pechos sin sujetador, con unos pezones que pinchaba la tela de algodón como queriendo traspasarla. Debajo, se veía las piernas que se juntaba para formar un pequeño triángulo con el tanga. Me desengañé; no veía mucho, sinceramente yo esperaba más. Y esperé un ...
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